*Laura se enfrentó a esa situación y logró superarla al solicitar ayuda de sus amistades más cercanas
*Al terminar la relación su ánimo decayó, no se alimentaba bien, dejó de salir con sus amigos y de practicar ejercicio
Indiferencia, burlas, celos, minimizar emociones, situaciones e incluso a la misma persona, son señales que refieren violencia psicológica y en algunos casos se presentan en una relación de noviazgo.
Laura, tiene 26 años y hace cinco meses, tras terminar una relación donde vivió este tipo de violencia, su ánimo decayó, no se alimentaba bien, dejó de salir con sus amigos y de practicar ejercicio.
Ahí se dio cuenta que estaba en un punto sin retorno y no permitiría que acciones de otra persona, de las cuales no era culpable, le afectaran y por eso solicitó ayuda emocional.
Al inicio, relató, su pareja era una persona muy cariñosa y atenta, sin embargo había situaciones que le incomodaban y al momento de hablarlas las ignoraba, minimizaba y le hacía creer que estaba exagerando, además de culparla y si hacía algo que él consideraba no era bueno, le dejaba de hablar.
Laura comenzó a descuidarse en todos los aspectos por atender a su pareja, normalizaba sus actitudes o se sentía culpable por ellas.
“Estaba haciendo un proyecto de crochet, de tejido, y un amigo me había solicitado un trabajo en específico y me empezó a decir seguro nadie te compraría las cosas que haces, de seguro nomás lo está haciendo porque quiere algo contigo, ¿por qué alguien más querría comprarte ese tipo de cosas?”, recordó.
Asimismo, dijo, se empezaron a presentar celos enfermizos, al hablarle sobre alguna situación con otra persona le quería investigar y refería que la buscaban con otro interés.
A pesar de que sus amistades cercanas le señalaban que era una persona problemática, comentó, siempre se culpaba de la situación hasta que compartió su experiencia con las amistades más cercanas y, tras revisar las conductas de su pareja, se dio cuenta que era una persona controladora, celosa y manipuladora.
Hizo el llamado a las jóvenes que viven una situación similar a no tener miedo de hablar, si perciben que algo está mal discutirlo y hablarlo con una persona de confianza, pues hasta no tener un referente que indique que algo está mal es difícil darse cuenta.
Para mayor información, acompañamiento sicológico y legal pueden comunicarse a la asociación Yo Soy Resiliente a través del teléfono 662 426 6327.
Hermosillo, Sonora, México
Tel.: +52 1 662 217 3771
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