*Especialista en neumología pediátrica recomienda realizar aseos nasales con asesoría del médico de cabecera
*Las secreciones del aparato respiratorio son uno de los principales protectores que impiden llegar la suciedad del aire a los pulmones
El hábito de comerse los mocos que tienen algunos menores en edad preescolar no es una práctica recomendable, por lo que especialistas recomiendan realizar aseos nasales con la asesoría del médico de cabecera.
La neumóloga pediatra, Michelle del Carmen Martínez Bañuelos, explicó que los mocos o las secreciones que genera el aparato respiratorio es uno de los principales protectores y se convierten en una barrera natural que impide que la suciedad del aire y sustancias lleguen a los pulmones.
Aunque circula en internet información donde se asegura que comerse los mocos es saludable, la especialista detalló que el problema es que los menores se coinfectan y pueden presentar cuadros de diarreas.
De esa forma, dijo, se perpetúan las infecciones virales y, en algunos casos, les genera problemas en el tracto superior, es decir, una gripe con cuadros digestivos.
“Comernos los mocos definitivamente no sería una práctica recomendable desde el punto de vista sanitario, lo que sí tenemos que hacer es retirar los moquitos que se quedan por ahí atorados debido al exceso de ellos, para eso es muy recomendable realizar aseos nasales o lavados nasales”, expuso.
Expuso que eso consiste en hacer pasar agua o solución salina o alguna sustancia específica a través de las fosas nasales con el fin de evacuar estas secreciones o suciedad que se aloja en la vía aérea.
Otro mito, agregó, es que el moco transparente está bien y el verde no, sin embargo, cambia de color por el tiempo expuesto al oxígeno, se oxida y por ello se pone verdoso.
Advirtió que debe llamar la atención un moco que se vea de aspecto purulento, más espeso y blanquecino.
Reiteró la importancia de los lavados nasales para prevenir complicaciones en las vías respiratorias, para lo cual se requiere de la asesoría de su pediatra, otorrino o neumólogo.
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