Puebla.- Normalmente los niños reaccionan a diferentes cambios en su vida, y esto no se manifiesta al igual que en un adulto, por lo que los expertos recomiendan a los padres de familia estar atentos ante a la conducta de los infantes y de ser necesario acudir al especialistas.
La doctora María Eugenia Torres Castillo, psiquiatra de Adultos, Niños y Jóvenes, en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Puebla, dijo que las reacciones en niños menores de seis años, cuando se sienten desadaptados, se expresa en sintomas como irritabilidad e intolerancia y pueden presentar problemas en el apetito, en el sueño, hasta una conducta desafiante.
Agregó que en ocasiones los papás no reconocen estos cambios y los consideran como berrinches de un niño caprichoso, y eso en lugar de ayudarlo, lo agrede.
Informó que los modelos de familia han cambiado en estas dos últimas décadas, por lo que ahora se puede observar que hay familias monoparentales, es decir, un hogar encabezado por una madre soltera e incluso un padre soltero.
En su mayoría, dijo, estos niños están bajo la custodia de la mamá, quienes tienen que cubrir todas las necesidades de los hijos, por ello tienen que salir a trabajar y deben dejar a los pequeños al cargo de otras personas como las abuelas, tías o vecinas. También están quienes acuden al servicio de guarderías o estancias infantiles.
La especialista refirió que en el primer caso las abuelas no son las mejores cuidadoras de los niños, ya que ellas consienten y apapachan a los nietos, les darán afecto y amor, mientras que a los padres les toca poner reglas, límites y disciplina.
Abundó que las abuelas como cuidadoras de los niños tampoco ayudan en el desarrollo psico-biológico del infante, una tarea que hacen los especialistas en lugares específicos como guarderías, maternales e incluso los kínders.
En ese sentido, apuntó que estos espacios cuentan con gente especializada en dar estimulación temprana a los niños y también vigilan su desarrollo. Abundó que uno de los objetivos de los maternales es desarrollar las habilidades y destrezas, principalmente psicométricas y psicosociales.
María Eugenia Torres también citó algunos de los beneficios de llevar a los niños a las estancias infantiles, ya que ahí se les enseña a tener un control de sus esfínteres, mejoran su psicomotricidad fina y gruesa, tienen una mejor autoestima, seguridad y confianza; también aprenden a respetar espacios, tiempos, lugares y turnos.
“Se han hecho estudios comparativos entre niños que reciben este tipo de estimulación por personas en guarderías y maternal, y se ha visto que estos niños se desarrollan de manera adecuada, también desarrollan habilidades y destrezas propias de su edad, incluso la sociabilización y la comunicación.
“A diferencia de los niños que se quedan en casa o al cuidado de las abuelas, o que tienen cuidadoras que van cambiando constantemente, se puede decir que los niños presentan problemas importantes de adaptación porque tienen diferentes cuidadoras durante los primeros años de vida”, indicó.
Torres Castillo abundó que de igual manera se ha comprobado que la función del kínder no es precisamente de aprender, por ello desde hace siete años se modificó el programa de dicho nivel escolar.
“Se sabe que durante los dos primeros grados de kínder se maneja la socialización, confianza y apegos. Los niños aprenden a sociabilizar de manera adecuada y ya en el tercer grado de kínder los pequeños aprenden números, letras, figuras geométricas complejas para que cuando ingrese al nivel primaria el niño ya se dedique exclusivamente a leer, escribir, sumar, restar y demás.
“Recuerden que los primeros seis o siete años de vida de un infante son fundamentales para su desarrollo psicosocial. Si un niño tiene buenas bases, buenos cimientos, seguramente será un niño sano tanto física como mentalmente; eso le va a permitir desarrollarse como una persona íntegra en los siguientes años de su vida”, expresó.
Las mamás trabajadoras están preocupadas porque no tienen la solvencia económica para poder ingresar a sus hijos a escuelas privadas donde puedan desarrollar las habilidades y destrezas de sus hijos, y algunas de estas madres han comentado que dejarán a sus hijos con las abuelas o tías.
Por lo anterior, hay que considerar que los niños que ya estuvieron en estos espacios y recibieron estimulación psicomotriz, deben continuar bajo esta condición, apuntó.
“Tal vez no lo pueden hacer en un espacio especializado, pero las abuelas o las cuidadoras pueden hacerlo, sólo que ello les demandará más tiempo, y ellas mismas tienen que buscar programas que les ayuden en esta tarea”, dijo.
Los niños que ya vienen con un desarrollo psicosocial y psicomotriz pueden, en determinado momento, frenar este desarrollo. Incluso, se puede observar a los niños que venían desarrollándose bien, presentan una disminución en el desarrollo de sus habilidades y destrezas, citó.
Si los niños también regresan a un ambiente hostil donde se le maltrata, no se le pone atención suficiente y no se le estimula, entonces presentará un retroceso. Además, el infante extraña convivir con sus compañeritos, refirió.
La especialista agregó que lo recomendable, si los padres observan que los hijos están teniendo cambios conductuales, es no reprenderlo, buscar qué es lo que le está pasando, y apoyarse de un especialista en el área, que puede ser un psicólogo o un psiquiatra infantil.
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