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El 95 por ciento de las personas que hacen una dieta y pierden peso lo recuperan, mientras que las dos terceras partes que se someten a ese tipo de regímenes alimenticios suben más de lo que habían bajado.
La nutrióloga anti dietas y proveedora de confianza corporal, Raquel Lobatón, destacó que las dietas a largo plazo no funcionan.
Someterse a dietas, bajar y subir de peso, enfrentar las emociones que genera la discriminación hacia las personas de talla grande, ocasiona la liberación de hormonas como el cortisol que provoca un estado inflamatorio del cuerpo, reveló.
Se ha asumido como verdad absoluta, anotó, que la delgadez es sinónimo de salud y gordura de enfermedad, lo cual es cuestionable.
Expuso que hay tanto personas delgadas con enfermedad como personas de cuerpo grande con una buena salud metabólica.
“Asumir que una persona porque cae en un índice de masa corporal que corresponde a obesidad está forzosamente enferma es una falacia, porque hay muchas personas que están en ese rango y no están enfermas”, destacó.
Asimismo, abundó, decir que aquellas personas que no caen en el rango de obesidad forzosamente están sanas, es otra falacia igual de grande.
Finalmente, esta creencia o la asociación de gordura con enfermedad y de delgadez con salud ha sido la justificación más grande para discriminar, violentar y oprimir a la población que vive en cuerpos más grandes.
Además, añadió, se asume que una persona puede elegir el peso que quiere tener y es difícil que la gente lo entienda, pero eso no es cierto.
Lobatón expresó que en la actualidad una gran parte de la comunidad médica trabaja en un enfoque centrado en el peso sin indagar a fondo los padecimientos de los pacientes con cuerpos grandes y atribuyendo muchas veces cualquier patología o síntoma a la obesidad.
Mencionó que es verdad que hay mayor asociación a ciertas enfermedades cuando se está en esa categoría, pero eso no quiere decir que la obesidad sea la causa, pues hay muchos otros factores que pueden dañar la salud de las personas.
Es por eso que la especialista en nutrición propone un esquema distinto al de las dietas y trabaja bajo al enfoque de alimentación intuitiva.
Refirió que eso consiste “en conectarnos con nuestras señales de hambre y saciedad, así como reconocer que nuestro cuerpo tiene la sabiduría interna para irnos guiando hacia qué, cuánto y a qué hora comer”.
La gente piensa que si deja las dietas y come lo que quiera va a comer todo el día alimentos altos en grasas, azúcares y carbohidratos, lo cual no es cierto, anotó.
Los comedores intuitivos o la gente que no vive a dieta, de manera natural a veces come donas, otras ocasiones ensaladas, también se les antoja un chocolate y en ocasiones una manzana.
“Cuando te conectas con esas señales y con tu cuerpo, te das cuenta que no te va a pedir todo el día solamente alimentos altos en grasas; es la restricción de los alimentos lo que provoca mucho más deseo por la comida prohibida”, explicó.
La nutrióloga anti dietas reiteró que la salud se puede mejorar en todas las tallas y para cambiar la forma de pensar sobre el tema, es necesario hacer consciencia de la “gordofobia”, que es una discriminación socialmente aceptada.
Asimismo, puntualizó, es importante darse el permiso de comer lo que se desea y confiar en cada cuerpo para tomar decisiones asertivas que mejoren la salud física y mental de cada persona.
Hermosillo, Sonora, México
Tel.: +52 1 662 217 3771
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