Agustín gana sustento de su familia haciendo mandados a sus vecinos

*Para hacer su trabajo se moviliza en una moto a la que llama “Yupi”
*Puede llevar desde una llanta a reparar, hasta tacos a quien se los solicite

Agustín Navarro Placencia, de 51 años de edad, decidió hacer mandados a los vecinos de su colonia y de esa manera obtener ingresos para el sostenimiento de su familia, conformada por su esposa y un hijo.

Es originario de Navojoa y señaló que veía por las calles a mujeres y hombres con tambos de gas o garrafones de agua en hombros, por lo que de ahí surgió la idea de emplearse como “mandadero” y cobrar por sus servicios.

Explicó que al quedarse sin empleo optó por dedicarse en forma a esta actividad, pues también vio la necesidad de hacerlo porque observó a adultos mayores que iban a rellenar los cilindros de gas.

Inicialmente se desplazaba en su automóvil por la colonia y puntos cercanos, pero después decidió comprar una motocicleta a la que llamó “Yupy”.

“Se me fue dando, primero con los vecinos y después fue corriéndose la voz; primero lo hice con un carrito y ahí echaba el tambito e iba y le echaba gas y después fui pensando en que estaba bien, que hacía algo bueno. Me gusta por la convivencia entre la gente, aquí todos me conocen”, dijo.

Agustín comienza desde muy temprano su labor y traza una ruta para atender la demanda y dijo que puede llevar hasta tacos a quien se lo pida, así como acudir por un neumático y llevarlo a reparar, entre otras.

El precio que maneja, dijo, es accesible para la ciudadanía y es de 40 pesos por viaje y refrió que cuando le va bien hace hasta 40 servicios diarios, pero hay días más tranquilos en los que apenas saca para comprar la comida.

Agregó que por ahora solamente transita en las inmediaciones de la colonia Altares al sur de la ciudad, pero su sueño es expandir el negocio y llegar a otras colonias para hacer mandados y servir a quien solicite sus servicios.

El número al que pueden contactarlo en ese sector de Hermosillo es el 6621877532, del que siempre está pendiente para con gusto y a bordo de la “Yupi” acudir a donde lo llamen.