13-May-2024

Cuando llegan las malas noticias. Segunda parte

Dr. Raúl Martin Cabañas/ Algólogo- Paliativista, Tanatólogo  
30-05-2019 06:00  
5 minutos de lectura  

Raúl Martin Cabañas

Como comenté el mes anterior, cuando no hay más remedio que dar una mala noticia sobre una enfermedad terminal o en general cualquiera de ellas, hace falta, además del valor y responsabilidad, cubrir algunas condiciones que el sicólogo  Buckman señala como etapas o situaciones que deben tomarse en cuenta:

I.- Tener el espacio físico o contexto adecuado
El lugar o zona de confort es importante, éste debe ser donde el ambiente para la persona a notificar sea adecuado, generalmente es su casa o un espacio anexo del consultorio o hospital, sin ruidos distractores o luces intensas.

II.- Averiguar cuánto sabe el enfermo
Conocer previamente qué y cuánto sabe el enfermo acerca de su enfermedad y estado, es fundamental ya que es frecuente que la familia y el medico tiendan un “puente superior” a él y solo conozca parte de la realidad, su realidad.

III.- Encontrar qué es lo que el enfermo quiere saber
En ocasiones (finalmente siempre) el enfermo se sabe enfermo y nadie como él hasta qué tanto, sospecha firmemente en algo y quizás solo quiere escuchar un si para confirmarlo o un no idealizado y esperanzador, ante la angustia, se recomienda decirle solo lo que pregunte, con cuidado pero sin rodear la respuesta, ser concretos no es ser insensibles pero facilitará la comunicación y experiencias en sus emociones.

IV.- Compartir la información
De ser posible estar previamente de acuerdo en la forma de cómo se le dirá la noticia al menos con un familiar o persona afín a él.
Muchas veces piden estar presentes a algún ministro religioso, psicólogo o tanatólogo.

V.- Responder a los sentimientos del paciente
Al comunicarle la noticia se requiere saber su impacto emocional, preguntas como ¿qué puedo hacer para ayudarte? ¿cómo te hace sentir saberlo ahora? ¿quieres hablar al respecto? Darán pauta para aclarar dudas.
Debe respetarse su respuesta inicial y darle tiempo a procesarlo, al pasar unos días podremos volver a retomar el punto.

VI.- Planificación y seguimiento de su proceso
Una vez dada la noticia deberá cuidarse su respuesta física y/o psicológica, ya que así se conocerá el momento o fase por la que el enfermo está pasando y de esta forma orientar la terapia a la resolución de sus conflictos.

Al programar volver a la siguiente entrevista, dejar alguna tarea de expresión emocional y comunicación a través de escribir o analizar personalmente su situación, asegurando que se estará pendiente de él o ella de manera personal o telefónica.

En resumen, consideramos muy importante y requiere sensibilidad antes de informar acerca de una mala noticia, como lo es una enfermedad terminal decimos que debe tenerse el quién, cómo, cuándo y dónde de la información a dar.

Puntualizando el realizar todo con respeto, trato digno y no juzgamiento moral del interlocutor.

Las malas noticias eso son, malas, pero podemos actuar con tacto y reunir los elementos descritos que seguramente ayudará a quien sea designado a hacerlo, que dicho sea de paso debería ser su médico tratante como primera instancia.

Sugiero anteponer un “lamento mucho decirte esto…” “no me es grato decirte esto, pero…” “no me siento bien por esto que voy a decirte…” o la frase natural que salga del corazón, haga conexión en el cerebro y pueda expresarse respetuosamente por la boca.

Que tengan y disfruten lo mejor de la vida…la vida misma.

Libros de su autoría:

-Guía Emergente de Apoyo para Personas en Duelo, disponible en librería Católica y Fonpal.

-Más Allá del Horizonte, cuando un hijo muere. Disponible en Ibukku.com y Amazon.com

 


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