12-May-2024

Cuando llegan las malas noticias

Dr. Raúl Martin Cabañas/ Algólogo- Paliativista, Tanatólogo  
04-05-2019 06:00  
4 minutos de lectura  

Raúl Martin Cabañas

Para la mayoría de los autores, una mala noticia es aquella información no esperada que cambia en la persona que la escucha su ritmo de vida, planes y proyectos futuros.

Desde la perspectiva de la Tanatología podemos decir que hay dos tipos de sucesos que marcan las peores malas noticias que son expresar un diagnóstico maligno e informar sobre el deceso de una persona querida.

En el primer caso, es frecuente que la familia trate a toda costa de que su enfermo no conozca la verdad de su padecimiento maligno pues se tiene la errónea idea de que si lo sabe “se morirá más pronto”.

Por supuesto esto no es así, lo que sí es verdad es que la persona enferma entonces sabrá a lo que se enfrenta y podrá tomar sus valiosas y personales decisiones respecto al futuro que desee: posibles tratamientos químicos o radiológicos, manejos alternativos o quizás no hacer nada.

A la vez, como todo ser humano surgirán en él emociones y sentimientos que deben tomarse en cuenta y atenderse; si el paciente presenta síntomas de una depresión profunda ésta es reactiva debido a su enfermedad, no psiquiátrica, por lo que primariamente no requiere fármacos, más bien le hará ser escuchado.

Es posible que este estado depresivo, si no es soportado adecuadamente por un profesional, lo limite en su capacidad para seguir adelante y luchar, sólo en estos casos de actitud pasiva y desesperanza podríamos hablar que el enfermo se deja acabar por enfermedad.

La información es un derecho, valor que todo individuo tiene para saber la verdad, siempre y cuando, claro, se cumplan con ciertos requisitos que más adelante señalaremos.

Es muy lamentable engañarlo durante toda la enfermedad y su proceso, pues no privilegia las condiciones para el cierre de ciclos de vida importantes cómo puede ser la familia y el perdón, los bienes, despedidas, deseos de cómo llegar al final, entre otros.

Además, debemos decir que a un enfermo terminal nunca se le engaña completamente pues más tarde o más temprano el descubre la verdad sobre su padecimiento pues observa los cambios que este produce en su cuerpo, al no tener la actividad de antes, ser más su dependencia y el sufrir ese maldito dolor que no lo deja.

Por lo tanto, las “mentiras piadosas” no dejan de ser mentira un antivalor y pueden ocasionar en el enfermo una gran desilusión al descubrirlo y saberse engañado por las personas que dicen quererlo, lo que aumenta grandemente sus sensación de soledad y desamparo.

Buckman habla de las etapas o situaciones que se deben tomar en cuenta y respetar cuando se va a dar una mala noticia, pero hablaremos más de ellos el próximo artículo.

Gracias y como siempre deseo que vivan lo más valioso de la vida, la vida misma.

Libros de su autoría:

-Guía Emergente de Apoyo para Personas en Duelo, disponible en librería Católica y Fonpal.

-Más Allá del Horizonte, cuando un hijo muere. Disponible en Ibukku.com y Amazon.com

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