Cuando la vida llega a un punto sin retorno

La muerte, algo que pasará, es consciente o inconscientemente negada, simplemente porque “yo no voy a morir por ahora” y es verdad, nunca es tiempo de morir, hasta que de pronto una causa nos induce a pensar en ella: un accidente o enfrentarse a una enfermedad terminal cuyo prototipo es el cáncer.

Hablaré sobre esta última forma; Freud dice “el hombre es un ser inconscientemente inmortal, ya que siempre hace planes para el futuro” y así es, nuestros planes son de felicidad, de metas y logros hacia adelante, rara vez nos detenemos en pensar que un día cualquiera, nos sorprenda una enfermedad que podría no ser curada y tendremos que morir.

Ante esas circunstancias el enfermo se enfrenta a la vida temiendo perderla, enfrentamiento que conlleva a sufrir manifestaciones en su interior poco expresadas ante los demás.

Como defensa, el enfermo reclama abiertamente su sorpresa o depresión angustia y su porqué. Quizás prefiera digerir la noticia y se aísle algunos días o semanas hasta atreverse a comentarlo con la familia o al círculo de amigos cercanos, hemos observado que algunos ocultan su diagnóstico por meses, pero con ello reducen el valioso tiempo para haber hecho hago contra el mal.

Tener el riesgo real de morir, deja atrás todo lo planeado, es una etapa de gran tristeza y desasosiego, se le conoce como depresión reactiva, no es un trastorno puramente psiquiátrico, sino la respuesta humana ante la amenaza de su muerte; la psicoterapia y el apoyo tanatológico tienen importante papel antes que la farmacoterapia.

Esa depresión también la presenta su familia ante la cruel angustia y miedo de su pérdida, procurar una adecuada intercomunicación, aclarar dudas, expresión de sentimientos, y búsqueda de consuelo, disminuirán el dolor previo de la muerte.

El enfermo debe saber lo que tiene y su evolución, pues de todas maneras él ya se da cuenta ante los cambios y pérdidas de su cuerpo y de sus fuerzas, inútil creer que la familia lo puede engañar, lo cual no es ético.

La medicina paliativa con apoyo del tanatólogo deberá llevar la mayor parte del manejo de ambos, evitando en el enfermo quedarse con deudas emocionales o de perdón y en la familia descartar sentimientos previos de culpa, enojo y conflictos, entre otros.

El especialista en tanatología deberá explicar plenamente cuáles son las diversas opciones para el manejo y que ellos, junto con el enfermo, decidan lo conveniente.

Siempre buscando lograr un final tranquilo y digno posible, sin sufrimiento innecesario y calidad para encontrar la paz para ambas partes.

Gracias.

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-Guía Emergente de Apoyo para Personas en Duelo, disponible en librería Católica y Fonpal.

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