La depresión en el duelo

Cuando se hace referencia a la depresión por lo general todos tenemos la idea de alguien triste y lloroso, cabizbajo, sin ganas de hacer nada y, en efecto, esas son algunos de los síntomas de la enfermedad, también llamada “la enfermedad de las mil caras”.

Depresión significa llanamente deprimir, ahondar, irse abajo; cuando apoyamos un dedo en plastilina ésta se deprime, así en la persona el estado depresivo provocado por alguna “huella” conlleva una serie de emociones, sentimientos, pensamientos y actos significativos que ponen en riesgo su integridad, si persiste o no se tiene razón alguna aparente para presentarse.

En los momentos del duelo, sobre todo por la muerte de un ser cercano y apegado, se trata de un tipo de depresión que llamamos reactiva, esto es una respuesta normal y necesaria ante el dolor que produce la pérdida, se tiene una razón muy importante para estar así.

Sin embargo, en muchos individuos de pronto se presentan señales de estar deprimidos y aunque puede ser debido a alguna razón interior que les atormente pero que no desean expresar, esto produce un encierro sicosocial que puede llegar a hundirlo en su moral y actitud, resultando la depresión de lo anímico y físico, incluyendo lo emocional e intelectual.

Todos hemos pasado por una depresión, solo que las fortalezas de enfrentar y dar alguna solución -no siempre buena- permite desecharla y sobreponerse a ella aprendiendo de la experiencia –resiliencia-, regresando las emociones a como se estaba antes del incidente, casi igual pero ahora fortalecida y experimentada.

El teólogo Víctor Valera dice “lo inconveniente de Dios es que primero nos pone el examen y luego nos da la teoría y experiencia”

Así tenemos que los seres humanos tendemos con facilidad a estar deprimidos por los problemas con la pareja, con los hijos, el trabajo, la escuela, la economía, enfermedades, pérdidas y un sinfín de cosas cotidianas pueden desencadenar la depresión.

Lo malo es cuando nos quedamos en ese entorno y éste llega a ser confortable, por decirlo de alguna manera. Una persona deprimida pierde el sentido del hacer, del crear, de superar el momento y seguir adelante, se vuelve hostil y desesperanzada.

Seguiremos con el tema la próxima ocasión, mientras tanto vivan lo mejor de la vida, la vida misma.