Hay una gran cantidad de enfermedades, pero hay una que ha ido en aumento en los últimos años y es el hígado graso, especialmente en las últimas décadas, cuando las tasas de obesidad se dispararon y provocaron una mayor vulnerabilidad entre la población.
La obesidad no es la única condición que propicia la aparición del hígado graso, pues también lo son la diabetes tipo 2 y el consumo de alcohol, por lo que para evitarlo es necesario adoptar una alimentación balanceada y un estilo de vida saludable.
Aunado a que en la actualidad hay una gran cantidad de alimentos ultraprocesados en la dieta de millones de personas, por lo que los riesgos de padecer esta enfermedad aumentan considerablemente.
Hay dos tipos de enfermedad de hígado graso o esteatosis hepática: la enfermedad de hígado graso no alcohólico y la esteatosis hepática alcohólica. La primera, como su nombre lo indica, no está relacionada con el consumo de alcohol.
Hígado graso simple: que es cuando existe grasa en el órgano, pero no hay inflamación o hay muy poca, así como daño en las células del hígado. Este no es tan serio como para que cause otras complicaciones.
Esteatosis hepática no alcohólica: cuando hay inflamación y daños en las células del hígado, además de grasa. La inflamación y el daño celular pueden ocasionar fibrosis o cicatrización del hígado. A su vez, esta cicatrización excesiva puede ocasionar cirrosis.
Mientras que la esteatosis hepática alcohólica se origina por el alto consumo de alcohol. Si bien el hígado es el encargado de descomponer el alcohol, también puede generar sustancias dañinas durante el proceso de descomposición de este compuesto.
Si te preocupa la enfermedad del hígado graso, es probable que te interese saber cuáles son los síntomas. Te los presentamos a continuación.
Hígado graso: síntomas
La enfermedad del hígado graso no alcohólico no presenta síntomas, pero cuando se llegan a manifestar, podría tratarse de los siguientes:
Cansancio
Malestar general
Dolor o molestia en la parte superior derecha del abdomen
Como puedes ver, se trata de síntomas bastante vagos que no siempre podrían causar alerta entre quienes los padecen.
Sin embargo, es importante prestar atención debido a que puede evolucionar en cirrosis hepática a causa de todas las cicatrices. Y es aquí donde se pueden presentar los siguientes síntomas:
Picazón en la piel
Hinchazón abdominal (ascitis)
Falta de aire
Hinchazón de las piernas
Vasos sanguíneos agrandados justo debajo de la superficie de la piel
Dilatación del bazo
Palmas rojas
Coloración amarillenta de la piel y de los ojos (ictericia)
Causas y factores de riesgo
Entre los principales factores de riesgo de la enfermedad de hígado graso no alcohólico se encuentran los siguientes:
Genética
Sobrepeso u obesidad
Resistencia a la insulina (cuando las células no absorben la glucosa en respuesta a la insulina).
Diabetes tipo 2 (glucosa en la sangre o hiperglucemia)
Niveles altos de grasas, especialmente de triglicéridos en la sangre.
Si bien es normal tener grasa en el hígado, no es normal que esta se encuentre en niveles demasiado elevados. Para evitar la aparición del hígado graso, lo recomendable es que lleves una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras, granos integrales y grasas saludables.
Evita el consumo de alcohol, alimentos procesados y azúcares para mantener tu hígado sano.
Hermosillo, Sonora, México
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