Alimento se convierte en refugio emocional para comedores compulsivos

*Paty sentía deseo de comer al estar contenta, triste o ansiosa 
*El programa de Comedores Compulsivos Anónimos apoya a personas que enfrentan esta condición

El deseo de comer al estar contenta, triste o ansiosa llevó a Paty a darse cuenta que tenía un problema con la comida, era comedora compulsiva, una condición en la que el alimento se convierte en un refugio emocional. 

Hace 11 años que forma parte del programa de autoayuda de comedores compulsivos, el cual se basa en la literatura de Alcohólicos Anónimos (AA) que ayuda a personas con esta condición a dejar de comer compulsivamente. 

Explicó que viene de una familia de nueve personas, sus padres y siete hermanos, de los cuales quedan cuatro, pues el resto fallecieron por sobrepeso, diabetes e hipertensión, algunos ciegos y sin poderse mover.

Eso fue consecuencia, planteó, de una enfermedad que estaba relacionada con la forma de comer.

Comentó que a pesar de ver cómo fallecían poco a poco los integrantes de su familia y creía su destino sería el mismo, no podía parar de comer.

“Yo decía, si tengo que dejar de comer para vivir, pues me voy a morir, mis hermanos se murieron muy jóvenes, mi mamá no llegó a 60, mi papá a los 70, mis hermanas de 32, 47 y 48 años”, expuso. 

La comida para un comedor compulsivo, explicó, trae recuerdos, situaciones y lugares, además hay ciertos aromas que despiertan la compulsión.

“Yo no encontraba otra manera de canalizar lo que yo sentía, yo triste como, contenta como. La comida genera un efecto en mi cerebro como si yo me estuviera drogando, eso hace la comida en el cerebro de una persona que tienen compulsión”, describió.

Mencionó que lo más difícil para continuar con su propósito dentro del programa fue que las personas al saber su gusto por la comida, seguían insistiendo en querer agradarle con eso, además de las críticas, el no creer que podría logarlo y en dudar de su fuerza de voluntad.

Llamó a tener empatía por las personas que tienen sobre peso, pues no solo cargan los kilos, si no el rechazo propio y de otras personas, es algo que no buscan provocarse y algunos llevan la enfermedad en silencio. 

Interesados en conocer sobre el programa de autoayuda de comedores compulsivos pueden comunicarse al teléfono 6621 23 28 35.