Muerte de 49 menores en guardería ABC es ilógica, considera sicólogo

* Es una muerte masiva que enfrenta a los sobrevivientes a una serie de pérdidas, empezando por la de la confianza en todo, con un sentido de injusticia difícil de olvidar

La muerte de las 25 niñas y 24 niños en la guardería ABC no debió suceder;  se trata de un fallecimiento ilógico, por accidente, lleno de culpa y rabia para las personas, consideró el sicólogo y tanatólogo, Luis Carbajal Dávila.

“Es una muerte masiva que enfrenta a los sobrevivientes a una serie de pérdidas, empezando por la de la confianza en todo y con todos, con un sentido de injusticia difícil de olvidar”, destacó.

Al recordar el incendio ocurrido hace 11 años en la estancia infantil, que dejó más de cien niñas y niños con lesiones internas y externas, señaló que ha sido uno de los momentos más complicados que ha vivido.

El siniestro de la estancia infantil, refirió, considerado como la peor tragedia de su tipo en México, sin duda marcaron un antes y un después en su quehacer profesional y también como ser humano. 

Consideró que nunca se está preparado para este tipo de situaciones y no solo se trató de la muerte de un menor, que eso ya es complicado, pues se habla de muchos niños y niñas y esa es la muerte más dolorosa e ilógica, porque con esas muertes se pierden todas las expectativas que los padres habían depositado en sus hijos. 

Carbajal Dávila añadió que fueron muertes no esperadas que llegaron sin que los papás o hermanos tuvieran preparación física, económica, moral ,ni afectiva para enfrentarla.

Además de ver el dolor multiplicado entre tantos familiares, amigos y situaciones que se presentaron, “eso hace que este evento que nosotros vivimos como sociedad sea tan doloroso, tan trascendente”, mencionó.

Destacó que la muerte de los 49 niños y niñas de la guardería ABC sigue representando dolor por todo lo mencionado; son situaciones complejas y difíciles de comprender para la mente humana.

El especialista en sicología recordó que días después de la tragedia viajó a la Ciudad de México y al tomar un taxi, el conductor le preguntó de dónde era y al comentarle su origen, el señor le dio el pésame y ese gesto le impactó mucho al ver que el chofer derramó unas lágrimas por lo sucedido. 

Eso le hizo darse cuenta, aún más, de la trascendencia de la tragedia y que la pérdida de 49 pequeños había dejado un dolor, no solo en la comunidad hermosillense, sino también a otras entidades del país y en el mundo.