"Me quería morir, porque cáncer para mí era la muerte": Ema Segura

Un sábado por la mañana la señora Ema Segura Corona salió de bañarse,  de pronto vio uno de sus pechos inflamados y con algunas características que no eran normales por lo que acudió al doctor y el diagnóstico fue cáncer de mama. 

Gracias a 25 radiaciones y 6 quimioterapias, Ema es una guerrera que ganó la lucha contra esta enfermedad.

Hace diez años, Ema se enfrentó a la prueba más difícil que le ha puesto la vida. Ahora después de tanto tiempo y con 61 años de edad, aún le cuesta contar su historia y no puede evitar el llanto al recordar el proceso que vivió.

《De un día para otro me dijeron que tenía eso y yo solo decía: “no, no tengo cáncer", porque creía que eso no me iba a pasar a mí. Me quería morir porque cáncer para mí era la muerte.

Me vi muy mal. No me daba hambre, no podía dormir, salía mareada de las quimioterapias, se me estaba cayendo el cabello, estaba débil. Recuerdo que en la tercera quimioterapia le dije al doctor que así lo dejara porque ya no podía más, pero el doctor me dijo que eso iba a crecer y si me iba y volvía, después sería peor o demasiado tarde, entonces decidí continuar》.

La sobreviviente de cáncer de mama recuerda que cada tres semanas eran las quimioterapias y que apenas se recuperaba de una sesión cuando ya tenía que regresar a la próxima.

"Una vez que regresé de una de esas sesiones a la casa, les hablé a mis hijos y les di la bendición porque sentía que ya no iba a amanecer. Ellos me velaron llorando hasta que me quedé dormida.

Estaba muy enojada conmigo y también con Dios porque no entendía por qué me había tocado esto a mí y quería quitarme la vida pero caí en cuenta de que él nos la da para cuidarla, no para quitárnosla y le pedí perdón.

Yo nunca me enfermaba, quería estar fuerte para mis hijos que apenas estudiaban, por eso me negaba a tener esta enfermedad, pero gracias a Dios que ya pasó”, expresó.

Segura Corona, comentó que nunca se exploró y tampoco se hacía los chequeos necesarios porque en su familia directa no había casos de cáncer de mama. Después de su experiencia, aconseja a todas las mujeres a atenderse e ir al doctor con cualquier anomalía que detecten en sus pechos.

Una vez que Ema aceptó su enfermedad, fue ella quien alentaba a otras mujeres recién diagnosticadas a seguir adelante. Platicaba con ellas en la sala de espera, las hacía reír y las tranquilizaba. 

《A quienes ya están pasando por esto, les aconsejo que se pongan en manos de Dios porque es el que tiene la última palabra. Que se fijen muy bien en el padre nuestro que dice “hágase su voluntad” y ponerse en sus manos, tener la fe muy en alto y echarle ganas porque hoy en día el cáncer es curable detectado a tiempo. 

Que se hagan sus exploraciones y sus mamografías, a veces por vergüenza no se las hacen a tiempo y muchas veces es demasiado tarde, recomendó.