20-Abr-2024

"Esa mañana salí apurado y no pude despedirme porque estaba dormida": Papá de Yazmín Pamela

Lillian Acosta  
05-06-2019 09:01  
8 minutos de lectura  

Después de dos años de casados, Juan Manuel Tapia y Jessica Ruíz, decidieron tener un bebé, una vez que consideraron que era buen momento para hacerlo.

A los meses y sin problema, Jessica quedó embarazada y Juan Manuel recuerda que ella fue personalmente a la oficina de su trabajo con los análisis que dieron positivo y que indicaban la llegada de un nuevo integrante a la familia; Yazmín Pamela.

El día en que nació, Juan Manuel, se sentía feliz como todo papá primerizo, pero recuerda que también sintió miedo e incertidumbre por saber si haría las cosas bien con su hija pero al mismo tiempo sentía mucha felicidad.

Yazmín Pamela, es una de las niñas que falleció en el incendio de la guardería ABC. Su papá dice que era una niña muy inteligente. Aprendió a hacer muchas cosas antes de tiempo, incluso, a los dos años nueve meses, podía entablar una conversación con varias palabras.

El viernes 5 de junio, Juan Manuel recuerda que salió muy apurado de su casa y no pudo despedirse de su bebé porque estaba dormida.

Después de una jornada laboral normal, él y su esposa coincidieron para ir a comer para después de ahí, recoger a Yazmín en la guardería.

Cuando iban en camino, comenzaron a ver mucho humo y un caos en la ciudad, hasta que se acercaron lo suficiente a la guardería para confirmar que era ese lugar el que se estaba quemando.

Después de enterarse de que los menores estaban dentro de la guardería mientras ésta se incendiaba, comenzaron a buscar a su hija. Primero, en la casa de la vecina donde estaban muchos niños sanos y salvos, pero Yazmín no estaba.

Después recorrieron muchos hospitales con la ayuda de los abuelos de la niña, familiares y compañeros de trabajo pero no la encontraron en ninguna parte, hasta que recibieron una llamada donde les dijeron que en medicina legal había muchos niños y que debían de ir ahí.

“Primero vi una foto en una computadora y les dije que era ella; tenía hasta dudas de que fuera ella pero ya que vi el cuerpecito, estuve seguro.

“Había tanatólogos, médicos, siquiatras y estuvieron con cada uno de nosotros o de quienes se dejaban. Ellos me recomendaron que fuera por mi esposa para que ella también la viera (el cuerpo de la niña) y que no se quedara con la duda de que si era o no y me regresé por ella.

“Esa fue la peor noticia que le pude haber dado pero le tuve que decir. Lloró un rato y le dije que era necesario que fuera a verla”, recordó.

Juan Manuel, señaló que estaba su mente en blanco y que esa noche no durmieron y solo se levantaron a cambiar de ropa para ir al sepelio de su hija de apenas dos años nueve meses.

Aunque nunca se supera la muerte de un hijo, Juan Manuel señaló que llegó el momento en el que decidieron tener más hijos, quienes hoy tienen 8, 6 y 4 años de edad. Camila, Juan Manuel y Paulina, a pesar de no haberla conocido, sienten la muerte de su hermana.

“No sé si les pasamos nuestro dolor, pero ellos nos dicen que quisieran haber conocido a su hermana; que quieren ir a marchar, ese tipo de cosas que te preguntas ¿cómo?,  si no la conocieron, pero pues aquí ellos ven videos, fotos. La conocen de alguna manera y sí la extrañan”, señaló.

Cada año, Juan Manuel y su familia asisten a la marcha del 5 de junio junto a cientos de personas que quizá no perdieron a sus niños en la tragedia pero que igual exigen justicia y marchan junto a quienes vivieron ese día desde su labor, como bomberos, policías, socorristas, reporteros y fotógrafos como Pepe Ávila del periódico Expreso.

En ese momento, Pepe tenía dos trabajos; uno por la mañana y por la tarde trabajaba en el periódico, pero justo el viernes 5 de junio, debió cambiar los turnos y por eso, le tocó cubrir el incendio.

Alrededor de las 12 del mediodía, después de cubrir una persecución policiaca, se fue a su casa a comer, pero cuando se sentó en la mesa, comenzó a escuchar en el radio que siempre portaba el cual estaba ligado a las comandancias, sobre un incendio en una llantera.

Después, conforme seguía escuchando, los operadores señalaban que ahora se incendiaba una guardería, por lo que el fotógrafo se trasladó hacia la colonia Y Griega. El tráfico estaba muy congestionado y después de media hora, llegó al sitio.

Recuerda que en el trayecto vio patrullas con niños en las cajuelas y cuando llegó, comenzó a hacer su trabajo.

“En ese momento uno dice, mi papel aquí es ser periodista y empecé a tomar fotos a bomberos, de policías, los papás llegando, corriendo, gritando por sus hijos y me dediqué a documentar porque a final de cuentas era mi trabajo, pero no había dimensionado lo que estaba pasando, hasta el final del día donde se informaba sobre más de treinta niños que había fallecido”, señaló.

La foto que más recuerda, es la que le tomó a una señora arriba de una ambulancia con dos niños en sus brazos.

Esa señora, trabajaba en un salón de belleza cercano a la guardería y de repente, alguien le dejó un niño adentro porque tenía el aire acondicionado encendido, pero al ver cómo estaba llorando, decidió salir del salón y subirse a una ambulancia donde le pasaron a otra niña.

Esa fotografía que dio la vuelta al mundo, ganó el premio nacional de periodismo de ese año.

Pepe Ávila, dijo que por mucho, esta experiencia fue la más fuerte como periodista.

“Lo único que queda es apoyar. Me toque o no trabajar, yo voy y apoyo a los papás en la marcha de una forma personal”, concluyó.

Este miércoles 5 de junio, se realizará la marcha para buscar justicia por la muerte de los 49 niños y niñas y las decenas de quienes resultaron lesionados, desde las instalaciones de la guardería hasta las escalinatas del museo de la Universidad de Sonora, partiendo a las 6 de la tarde.


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