Antes del 2013, el Manual Diagnóstico y Estadístico clasificaba el Trastorno Autista y el Síndrome de Asperger como condiciones separadas.
En aquel entonces el criterio diagnóstico del trastorno autista incluía la presencia de impedimento social, impedimento de comunicación y presencia de comportamientos repetitivos y restrictivos.
El criterio de Síndrome de Asperger sólo incluía dos impedimentos el social y la presencia de comportamientos repetitivos y restrictivos.
Desde el 2013 el diagnóstico del Trastorno del Tspectro Autista (TEA) es inclusivo de ambos previos diagnósticos; el criterio de dicho diagnóstico incluye impedimento de comunicación social y presencia de comportamientos repetitivos y restrictivos.
Para el padre de familia del hijo con Síndrome de Asperger (o autismo) no significa mucho en cuanto a las soluciones del diario vivir, esto es porque dichas soluciones son basadas en lo que el manejo de los síntomas han causado a través del tiempo.
Por ejemplo, un niño con autismo de alto funcionamiento puede demostrar dificultades de comunicación social similares a un niño que antes se denominaba como Asperger. Sin embargo, la solución sería posiblemente similar ya que las actividades terapéuticas para corregir uso social del lenguaje en ambos niños podría ser el mismo.
De la misma manera, podrían ser totalmente diferentes ya que la sintomatología de cada individuo es diferente y aunque tengan el mismo diagnóstico, la manera de abordar un problema similar puede ser drásticamente diferente, ya que depende del contexto, historial de desarrollo, académico y terapéutico, así como la severidad de la condición.
Considerando que las soluciones reales no vienen simplemente de un diagnóstico y requieren de especialistas que a través de una variedad de tipos de terapia deriven un plan de tratamiento realmente individualizado -pregunta a tu especialista en autismo acerca del caso de tu hijo o hija-, platiquemos del Síndrome de Asperger.
Como resultado del criterio diagnóstico mencionado, la persona con Asperger demuestra dos dificultades (impedimentos) que pueden manifestarse en una variedad de formas.
La primera, dificultad de comunicación social, se refiere al uso que la persona le da al lenguaje verbal y no verbal al comunicarse con su entorno. Desde dificultades para llevar a cabo un conversación o seguir instrucciones complejas, hasta aquellas para ver al interlocutor a los ojos al entablar un diálogo, pueden tener un impacto significativo en la vida de cualquier persona con Asperger.
Cabe mencionar que el simple hecho de que una persona tenga dificultades para comunicarse y ser incluído en su entorno no es sólo producto de su incapacidad para hacerlo, pero también es producto de la incapacidad de su contexto para incluirlo.
La segunda, denominada como patrones de comportamiento repetitivos y restrictivos, incluye fijación con temas, juguetes, rutinas u objetos en específico.
Esto puede interrumpir la calidad y deseo del individuo de conectar con su entorno, ya que el permanecer rígido sobre una idea o estímulo puede simplemente distraerlo de navegar la comunidad y comunicarse con los que le rodean.
No obstante, el manejo requerido para evitar dicha interrupción por parte de patrones de rigidez muy pocas veces involucra simplemente no dejar que la persona hable del mismo tema de manera repetida, ni esconder el objeto de su obsesión.
En muchas ocasiones el manejo saludable de dichos patrones de conducta significa que las personas a su alrededor investiguen mediante rutinas de juego o conversación la mejor manera de incluirse en los gustos de la persona, sin importar lo diferentes o “extraños” que puedan parecer.
Una vez que las personas a su alrededor generan una conexión real en base a los gustos de la persona, se pueden introducir gustos gradualmente más convencionales, para aumentar el repertorio de juego o conversación a incluir aquellos temas o rutinas que sean más universalmente utilizadas por personas de su edad.
Agregado a las consideraciones de comunicación social y de patrones de rigidez, es importante considerar una parte de la persona con Síndrome de Asperger que pocos entienden: la dificultad para ver el punto de vista de otras personas.
Esto con frecuencia lleva a malentendidos en los que la persona puede llegar a sonar “seca”, “sin filtro” o hasta “grosera”, cuando simplemente no tomó en cuenta el punto de vista del interlocutor al responderle.
Si las personas a su alrededor están educadas en cuanto a dichas tendencias, será más fácil no tomar dichas respuestas de manera personal y la comunicación entre una persona “neurotípica” y una con Asperger puede fluir sin mayor interrupción aunque con ocasional guía para limar asperezas.
No todos necesitamos pensar y hablar de la misma manera para comunicarnos, pero podemos entender que hay más maneras de pensar en el mundo aparte de la nuestra. Irónicamente el buen manejo de las dificultades de comunicación social de la persona con Asperger requiere que las primeras a su alrededor primero vean su punto de vista, antes de pedirle que vea el de los demás.
Esto es cierto para cualquier persona que tenga dificultades para comunicarse con su entorno. Demos un primer paso y demostremos a todas esas personas, miembros valiosos de nuestra comunidad, que la inclusión no es ser o actuar iguales, sino admitir y apreciar que somos diferentes y que todos somos bienvenidos.
Daniel Quiñones Meléndez, M.S. CCC-SLP
Director Clínico
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Claudia Ramírez:
21-02-2019 07:58
Daniel Quiñones, me da gusto que ya se involucre con Asperger. Felicidades.
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marisol:
23-02-2019 11:22
Me da gusto saber del tema
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Juana:
18-01-2020 14:12
Me da mucho gusto saber de usted, ya que tengo un nieto de 3 años con problemas de lenguaje y me interesa mucho saber cómo puedo ayudarlo.
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