México.- Hace 50 años, cerca de la una de la mañana, el cielo del municipio de Allende, en Chihuahua, se iluminó de manera repentina. Era un 8 de febrero de 1969, cuando un objeto de la edad del Sistema Solar entró a la atmósfera de la Tierra para segundos después fragmentarse en miles de pedazos.
El ruido generado por el asteroide del tipo condríticos carbonáceos fue, de acuerdo con los relatos de la época, similar al descarrilamiento de un tren, el cual despertó a los habitantes.
La investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), María Guadalupe Cordero Tercero, explicó que el meteoroide o asteroide era de unas cuatro toneladas.
“Los objetos entran a la atmosfera a 20 kilómetros por segundo, la resistencia del aire al movimiento los hace explotar”, señaló la especialista adscrita al Departamento de Ciencias Espaciales del Instituto de Geofísica de la máxima casa de estudios.
Cuando estallan en el aire, agregó, los fragmentos se esparcen en una elipse de dispersión, y la de Allende se calcula fue de unos 11 kilómetros de largo por 5 de ancho.
La meteorita de Allende cayó meses antes de la llegada del hombre a la Luna, por ello, los laboratorios de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) estaban listos para estudiar las primeras rocas lunares del Apolo 11.
Sin embargo, la importancia del hecho registrado al sur de Chihuahua, obligó a la agencia espacial estadunidense a examinar las muestras de la meteorita.
De acuerdo con la UNAM, lograron rescatar dos toneladas de material, que fue distribuido en diversos laboratorios a nivel mundial para su estudio.
Las primeras investigaciones identificaron por primera vez isótopos radiactivos de vida media corta, en particular la parte del aluminio 26, que tiene una vida media de unos 730 mil años.
Asimismo, se encontraron residuos de magnesio-aluminio, lo cual confirmó la explosión de una supernova en la cercanía de una nube de polvo y gases, lo que posteriormente daría origen al Sistema Solar.
Los objetos como Allende se componen de manera principal por cóndrulos e inclusiones ricas en calcio y aluminio (CAIs, por sus siglas en inglés), estas últimas fijan las edades más antiguas en el Sistema Solar.
La aglomeración de ambos, según diversas teorías, originó los primeros objetos del tamaño de asteroides, que por acreción o agregación de cuerpos menores, formó protoplanetas y después planetas.
“Lo primero que se formó en nuestro sistema fueron los CAIs, luego los cóndrulos. Y a la hora que se formaron las rocas, ambos fueron incorporados, al meteoro”, señaló Cordero Tercero. Es, destacó, el objeto más antiguo que se conoce del Sistema Solar.
Allende, además de ser el objeto más estudiado, cuenta con una mayor cantidad de publicaciones científicas.
Guadalupe Cordero mencionó que, a la fecha, en la elipse de dispersión se pueden recoger pequeños fragmentos de la capsula del tiempo, formada antes que la Tierra.
Para la científica es importante el estudio de los restos del nómada espacial que encontró un hogar en la Tierra, pues a través de su análisis se puede determinar cómo se formó el Sistema Solar.
“En la UNAM se analiza la distribución de los cóndrulos, lo que ofrece información sobre cómo era la temperatura, presión, densidad cuando se formó el sistema Solar”, subrayó.
Allende, uno de los primeros objetos que se formaron en el Sistema Solar, vago durante cerca de cuatro mil 567 millones de años, para caer de forma caprichosa en la comunidad que da nombre a esta capsula del tiempo.
Hermosillo, Sonora, México
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