La depresión es enfermedad progresiva y mortal

*Terapeuta familiar indica que este padecimiento también es silencioso
*Es muy importante el tratamiento psiquiátrico de la mano de terapias sicológicas, alimentación y ejercicio

Amor, aceptación y empatía es fundamental para comprender a una persona que padece depresión, señaló la terapeuta familiar de Casa Annza, Yuviza Sugich Muñoz.
Comentó que se trata de una enfermedad progresiva, mortal y a la vez silenciosa, pues es muy raro que una persona con depresión se dé cuenta, ya que los estados de ánimo con los que inicia frecuentemente se atañen a algo externo.

Actualmente, dijo, existe mucha desinformación y falta de aceptación, sobre todo cuando un integrante de la familia tiene este diagnóstico.

La especialista compartió su experiencia personal donde desde los cinco años de edad comenzó a tener dificultades por depresión, pero fue hasta 20 años después que tuvo conciencia de ello. 
“Cada vez que alguien te dice: ¡Tú puedes! ¡Échale ganas!, Por dentro crece la frustración porque para todos los demás es tan fácil y tú vives en esa constante tristeza y depresión por no lograr ser esa persona que se supone deberías ser”, expuso. 

Explicó que en la genética hay predisposición, por ejemplo al venir de un padre depresivo-neurótico y una madre codependiente con árbol genealógico depresivo, esto sumado al temperamento y al entorno, se tiene como resultado la persona que se es hoy.  

Hizo el llamado a observarse y estar atentos a estados de ánimo fluctuantes en los que hay sentimientos de tristeza, desánimo para realizar las actividades, no encontrarle sentido a la vida, tener sensación de enojo y aburrimiento.

En una siguiente etapa, detalló, la persona se aísla, es menos tolerante, se gusta menos y tiene conflicto consigo mismo.  
“Para mí pensar en suicidio se me hacía agua la boca, asociaba el suicidio con descanso y paz, porque no tenía las herramientas para enfrentar ese proceso que cada vez se hizo más grande y pesado”, agregó.

La terapeuta familiar resaltó la importancia del tratamiento psiquiátrico de la mano de las terapias sicológicas, alimentación y ejercicio, para empezar a poner orden, aceptar que se tiene la enfermedad y sobre todo aceptar que el ser imperfecto no tiene nada de malo.