*Es una reacción intensa en la que no se alcanza a identificar las consecuencias que generará
*Finalmente se lamentan los resultados que impactan de manera significativa en la imagen o estilo de vida de la persona
El externar, compartir o evidenciar el enojo termina generando pérdidas como una mala imagen, pues se rompe el vínculo con otras personas, se pierde el buen humor o se provoca la pérdida de éste en otra persona.
El titular de la Dirección General de Salud Mental y Adicciones en Sonora, José Luis Garibaldi Zamora, mencionó que habitualmente el enojo se provoca por la amenaza a un ideal, un objetivo o una expectativa.
Destacó la importancia de eliminar las emociones negativas y, al generarse el enojo a partir de una situación por la cual la persona considera está justificado, se debe esclarecer por qué ese suceso le produce tal emoción.
Después, dijo, viene la etapa de confrontarse uno mismo, esclarecer que se trata de una situación normal y tratar de relajarse.
"Voy a bajar el enojo, voy a tener claro que aunque esté justificado no es conveniente y si percibo que no lo puedo contener o controlar es tomar un tiempo fuera, me voy a retirar, distanciar de este contexto", abundó.
Comentó que cuando las personas no tienen la capacidad de controlar los impulsos se afecta su estado de ánimo, las relaciones interpersonales y la funcionalidad de la gente, lo que provoca una mala calidad de vida.
¿Quiénes son más propensos a no controlar impulsos?
Las personas aprehensivas y/o ansiosas tienen más posibilidades de desarrollar problemas de ira y al estar en un entorno depresivo se vuelven más vulnerables.
"Son aquellas personas que tienen muchas autoexigencias con sus logros, con su reconocimiento, crecieron en una familia rígida, estricta y donde hay posibilidad que existiera la violencia familiar", agregó.
El especialista destacó que se trata de una reacción intensa en la que no se alcanza a identificar las consecuencias que generará y se termina lamentando los resultados que impactan de manera significativa en la imagen o estilo de vida.
"Son personas que ya están tensas, enojadas, frustradas y no lo manejan, simulan una apariencia relajada aunque internamente están ansiosos, aprehensivos y eso provoca que cuando aparezca el detonante no lo puedan controlar", detalló.
Advirtió que este tipo de situaciones pueden generar comportamientos de mucho riesgo y peligro, donde personas que no estaban involucradas en comportamientos delictivos terminan generando una tragedia que afecta a otras personas, a ellos mismo y a sus familias.
Señalo que es común que personas que comenten actos de intento de suicidio o suicidio consumado hayan tenido problemas de control de impulsos, pues ambas situaciones se asocian a problemas de ansiedad, depresivos o consumo de drogas.
Recomendó practicar técnicas de relajación como la propuesta por Jacobson, en la cual se sugiere ir generando contracción muscular del 0 al 10 de manera gradual, al mismo tiempo que se pausa en una respiración profunda al inhalar y exhalar.
Al llegar a los 10 músculos contraídos totalmente, se empiezan a relajar contando del 10 al 1, lo cual permite que el exceso de adrenalina que hay en el cerebro se vaya reduciendo.
Sin embargo, comentó, no todas las técnicas aplican para todos, pues hay quien opta por realizar oración o bien por evocar recuerdos que generen satisfacción y alegría.
Por último recordó que el objetivo prioritario de nuestro estilo de vida, son las relaciones interpersonales y la sensación de felicidad, lo cual impacta en el buen humor con el que nos encontramos.
Hermosillo, Sonora, México
Tel.: +52 1 662 217 3771
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