México, (Notimex).- La vitrificación o congelación de óvulos aumenta entre mujeres de 23 a 30 años de edad, grupo que posterga su maternidad por tratamientos médicos, enfermedad o por su desarrollo personal.
Esta técnica de reproducción humana permite almacenar los óvulos por un periodo largo, y ha probado su seguridad y eficacia, por lo que se ha vuelto una buena opción, afirmó el ginecólogo y director general de Red Crea, Carlos Maquita Nakamo.
La mejor edad de fertilidad de una mujer es entre los 23 a 30 años y, de acuerdo al especialista, una gran parte de este sector ser madre no es una prioridad porque realizan su carrera profesional o consideran que están en su mejor etapa laboral. Después de los 30 o 35 años, la fertilidad disminuye.
Maquita Nakamo agregó que este método es también una opción para la mujeres que padecen cáncer, ya sea de mama o cérvico uterino. Antes de recibir tratamiento que puede afectar su fertilidad, deciden congelar sus óvulos, para después poder embarazarse.
Cuando una mujer decide empezar el proceso de la vitrificación, primero se busca que genere más óvulos en un ciclo menstrual a través de la ingesta de hormonas; durante el proceso se realizan seguimientos foliculares, que es vigilar que los ovarios y los folículos, donde se encuentran lo óvulos de la paciente, estén reaccionando de manera correcta.
Una vez que los óvulos estén maduros se extraen alrededor de 8 a 15, en un procedimiento llamado captura ovular, el cual consiste en una intervención quirúrgica para introducir un aparato de ultrasonido con una guía donde se introduce una aguja para substraer los óvulos de la paciente.
Posteriormente, en laboratorio se limpian los óvulos y se dejan aislados para así poder congelarlos. En total se contabilizan 14 días para el proceso de vitrificación, desde que la persona ingiere las hormonas, hasta que se procede a congelar los óvulos, precisó el director general de Red Crea.
El óvulo puede permanecer congelado por varias décadas, y una vez que la paciente decidida ser madre, si tiene pareja, se hacen análisis en cuanto de la calidad, movilidad y cantidad de los espermatozoides y pruebas médicas generales para verificar el estado de salud de ambos.
En un mismo día se descongelan los óvulos y se realizan las pruebas de los espermatozoides; se inyecta un esperma en cada ovulo que se haya descongelado.
Se deja que se fecunde el óvulo en una incubadora y se vigila su avance, ya que este en el día cinco, donde se tiene mayor posibilidad de una implantación exitosa, se toma el embrión en un tubo muy delgado y se introduce en la matriz de la paciente, que tiene que esperar dos semanas para realizar una prueba de embarazo.
“La congelación es rápida y se ha demostrado que no hay daño en las células de los óvulos; los bebes nacen completamente sanos, que un bebe logrado en un embarazo inmediato”, destacó Carlos Maquita.
Añadió que todas las mujeres son candidatas para someterse a esta técnica, aunque precisó que pueden existir complicaciones en mujeres que no pueden usar hormonas o tienen algún problema de coagulación o hipertensión.
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