*Es un llamado a los padres de familia para que estén al pendiente de la salud emocional de los menores
*Lo más complicado de controlar en este proceso es la orina nocturna, señala especialista en sicología clínica
El retroceso repentino en el control de esfínteres en niños y niñas es un llamado a los padres de familia a observar la salud física y emocional de sus hijos.
La sicóloga clínica, Denisse Teresita Miranda Moreno, explicó que entre los 18 y 36 meses de edad los menores viven un proceso de maduración en secuencia, donde en ocasiones controlan la parte fecal por la noche y la urinaria durante el día.
Lo más complicado controlar en este proceso, indicó, es la orina nocturna.
Comentó que en esa etapa es normal que el niño o niña tenga accidentes, sin embargo, de presentarse un retroceso repentino donde al menos en tres días a la semana se orine y cada vez con mayor frecuencia y que incluso durante el día se pueda estar defecando, se deben encender las alertas.
Resaltó la importancia de descartar una enfermedad física o algún tipo de infección, por lo que es necesario observar que el niño o niña esté durmiendo y comiendo bien, de lo contrario pueden ser indicios de que está presente otro tipo de afectación.
Algunos factores que pueden provocar que el niño tenga un retroceso, mencionó, son la muerte de algún familiar cercano, el divorcio de los padres, que viva violencia física, sicológica e incluso abuso sexual y/o acoso dentro del mismo hogar.
“Al momento de llevarlo con el médico, obviamente el médico les examina y se puede dar cuenta si es parte del abuso o acoso, puede suceder que los niños apenas estén iniciando la parte del abuso”, mencionó.
En ese sentido, comentó, si se está presentando una situación de ese tipo, será necesario solicitar ayuda profesional para apoyar a los menores.
Asimismo, dijo, será necesario trabajar en las actitudes que como papás podemos tener al ayudarlo, contenerlo y tratar de preguntarle qué está pasando, cómo se siente y actuar con ellos con mucha naturalidad.
Recordó que el control de esfínteres está relacionado con el aspecto socioemocional del niño donde normalmente pequeños de 3 a 4 años no saben expresar su sentir, sin embargo, esta condición también puede presentarse en menores de hasta ocho años.
“No saben decir exactamente me siento ansioso porque no he podido salir o tengo la preocupación de que veo que mis papás -porque estamos encerrados casi todo el día- que se la pasan peleándose; ¿cómo lo están expresando? a través de lo que es no tener un control en el esfínter o retroceder”, detalló.
Resaltó la importancia de buscar atención médica y emocional y que papá y mamá eviten exigir y culpar a los menores por hacerse pipí o popó en la ropa o la cama, ya que no sabemos lo que los niños están sintiendo.
Al decirles sucios, cochinos o cuestionarles sobre algo que ya controlaban, se debe tener en cuenta que realmente lo no pueden controlar en ese momento, puntualizó la especialista en sicología clínica.
Hermosillo, Sonora, México
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