*Los sismos en la zona se relacionan con sistema de fallas del Golfo de California y de sierras y valles
*Movimientos telúricos en la entidad no son nuevos, pues el noroeste de México es una zona tectónicamente activa
Los sismos que se han presentado en Sonora durante los últimos días no están asociados con la falla de San Andreas, comúnmente conocida como falla de San Andrés, que termina a la altura del mar Saltón, en California, al norte de Mexicali, Baja California.
La académica del Departamento de Ingeniería Civil y Minas de la Universidad de Sonora (Unison), Alejandra Marisela Gómez Valencia, explicó que la actividad sísmica de la entidad se relaciona con el sistema de fallas transformantes del Golfo de California o bien al sistema de fallas normales de Sierras y Valles.
Expuso que la presencia sísmica que se ha registrado en la entidad corresponde a sucesos que para nada son novedosos, ya que el noroeste de México se encuentra en una zona tectónicamente activa donde ocurren sismos a diario y son poco frecuentes los de magnitud considerable.
Sonora se encuentra en la placa tectónica Norteamericana, que limita al oeste con el Golfo de California, con la llamada del Pacífico conformada por los estados de Baja California y Baja California Sur.
En ese límite tectónico de contacto entre las dos placas se forma el sistema de fallas transformantes del Golfo de California, las cuales generan cuencas marinas que se tiene evidencia de que en ellas hay actividad volcánica.
Destacó que ese sistema de fallas provoca que las Baja California se alejen de Sonora entre cinco y ocho centímetros al año.
“Por consecuencia, ante tal desplazamiento de placas y la actividad magmática es normal que en esta región existan temblores como los sismos de 5.4 y 4.3 de magnitud registrados el pasado 31 de julio al oeste de Guaymas, en el Golfo”, añadió.
Por otro lado, informó, luego del último sismo de magnitud 5.2 grados Richter ocurrido también el día 31 de julio en el sector serrano del noreste de Sonora, al día de hoy se sigue teniendo abundante registro de actividad sísmica.
Eso se debe a que se presenta evidencia de movimientos sísmicos de fallas activas como la Pitáycachi, Teras y Otates, donde el movimiento de la primer falla ocasionó en 1887 un sismo de magnitud estimada en 7.4 grados, que dejó importantes afectaciones materiales y humanas de las comunidades próximas a la falla.
Este sistema de fallas, precisó, no tiene que ver con el del Golfo de California, aquí el que impera es el fallamiento normal atribuido al movimiento de bloques de Sierras y Valles paralelos”.
Con ese antecedente, se reconoce que el estado de Sonora se ubica entre dos grandes sectores de fallas activas: uno ligado al Golfo de California con limitante al sector costero, en la conocida como Provincia Extensional del Golfo y otro relacionado con la Provincia de Sierras y Valles Paralelos en la región serrana.
Gómez Valencia, que cursa su doctorado con temas de petrología magmática, tectónica y estructural del noroeste de México, hizo hincapié en la necesidad de evitar el pánico en las comunidades ante eventos sísmicos comunes y esperados en regiones tectónicamente activas.
Lo recomendable es brindar información oportuna, coherente y con fundamento científico sobre la situación tectónica del lugar que se habita y crear conciencia de los protocolos de seguridad que se deben tener presentes ante cualquier sismo de mayor magnitud.
Hermosillo, Sonora, México
Tel.: +52 1 662 217 3771
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