Cuentas claras, amistades largas
Bienvenido sea usted a una nueva edición de su gustada sección Cuentas claras, amistades largas, en la que cada semana, platicamos entre amigos acerca de un tema de relevancia económica, financiera o fiscal. Te invito a leer mis colaboraciones anteriores para que todos vayamos al corriente y sigamos avanzando.
La pandemia provocada por la Covid-19 ha puesto en evidencia la limitada capacidad del Estado mexicano para atender emergencias. Los derechos a la educación y la salud se han visto afectados negativamente por las limitaciones de los sistemas públicos ante las numerosas necesidades, las cuales han sido difíciles de satisfacer en un confinamiento con muchos desafíos.
No es ninguna sorpresa el enterarse que la pandemia ha aumentado la pobreza, el desempleo y la desigualdad en México, impactando especialmente a la población más vulnerable y con mayores carencias sociales.
Una de las principales restricciones que tiene el Estado mexicano para implementar acciones que aborden los efectos provocados por el coronavirus es el limitado espacio fiscal, que se ve reducido por los bajos ingresos del Estado y los compromisos de pago de deuda y pensiones, lo que implica menos recursos para proveer de educación, salud, infraestructura, seguridad y programas sociales.
El acceso a la salud y la educación se ha visto afectado por la pandemia y la respuesta ante ella. Hasta abril de 2021, las cifras oficiales indican que más de dos millones de personas han sido infectadas por el coronavirus y casi 10% ha fallecido con un sistema de salud que presenta varios desafíos como la falta de personal médico e infraestructura, además de la reducción del presupuesto público.
Antes de entrar de lleno en el tema, veamos estos puntos a destacar:
Para combatir esto, el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, Fundar y Oxfam México plantearon un sistema tributario progresivo en el que paguen más impuestos los que más tienen.
Este informe se titula “La vacuna contra la desigualdad” y se enfoca especialmente en el Impuesto Predial y Tenencias e Impuesto a la Riqueza Neta.
En tanto, propusieron mejorar la recaudación del impuesto predial y de las tenencias, ya que con tarifas progresivas, valores catastrales que coincidan con los del mercado y sin beneficios para las propiedades de mayor valor, podrían recaudarse hasta 378 mil millones de pesos cada año. Es decir, el equivalente al 1.5% del PIB, esto sería siete veces más de lo que se recauda actualmente.
Por otra parte, el impuesto a la riqueza neta consistiría en una tasa neta de 3.5 por ciento sobre patrimonios superiores a 10 mil 746 millones de pesos, donde se tomarán en cuenta inmuebles, automóviles, cuentas bancarias, bonos, acciones, fondos de inversión, pólizas de seguro de vida, embarcaciones aeronaves joyas, obras de arte y antigüedades, así como derechos de propiedad intelectual o industrial.
Lo cual, podría recaudar hasta 99 mil millones de pesos, equivalentes a 0.4% del PIB.
Los autores del informe consideran que el correcto diseño y aplicación de estos impuestos, combatiría la concentración de la riqueza y con ello se disminuirían las desigualdades en México.
Esto ha llamado mucho la atención de los contribuyentes, dejando opiniones divididas y algunas más alteradas que otras.
En un país donde la desigualdad económica es evidente, se busca “repartir el pastel para todos”, pero en mi opinión, cuando se busca perseguir a los contribuyentes con mayores ingresos en lugar de intentar incrementar los ingresos de los menos favorecidos, ahí se pierde el encanto.
En la búsqueda de una igualdad económica no se intenta levantar la economía, sino crear más pobres cada vez.
Espero que esta información te haya sido de ayuda, recuerda que aquí lo importante es que aprendas y no dudes en sugerir algún tema o dejar un comentario.
No olvides que en este mundo sólo hay dos cosas seguras: la muerte y pagar impuestos.
Hermosillo, Sonora, México
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