*Hay rechazo a la vejez y es necesaria la educación para esta etapa de la vida e ir pensando en cómo vivirla de manera personal y en colectivo
* La Organización Mundial de la Salud (OMS) propone un envejecimiento activo en todas sus dimensiones
La vejez se observa como algo negativo asociado a la enfermedad, por lo que a las y los adultos mayores se les ve como personas dependientes, vulnerables y poco valoradas.
La egresada de El Colegio de Sonora (Colson), Brenda Judith Millanes Campa, destacó que se ha normalizado la enfermedad con la vejez y parte de la población más joven rechaza la idea de envejecer.
Asimismo, existe una diferenciación en la percepción entre hombres y mujeres de esta etapa de la vida, en la que las mujeres se piensan más productivas y los hombres como poco productivos.
Mencionó que las mujeres continúan con labores domésticas en edad avanzada así como el cuidado de otras personas, a diferencia de los hombres que llegan a la conclusión de su actividad en el mercado laboral, lo que a veces afecta su estado de ánimo.
Sin embargo, destacó, es necesario cambiar estos estereotipos para que las personas adultas mayores y quienes llegarán a esta etapa, se eduquen en el tema para que las futuras generaciones mejoren las condiciones de vida a las que se enfrentarán en el futuro, debido al incremento del promedio de vida.
“Hay rechazo a la vejez, necesitamos educación para la vejez e ir pensando en cómo vivirla y no solamente de manera personal sino en colectivo, qué se tiene que hacer para mejorar condiciones en que vamos a envejecer, seguridad social, accesos a los servicios de salud, ingresos fijos, formas de recreación, diferentes opciones que podamos elegir”, dijo.
Además de esta percepción negativa, explicó, gran parte de la población presenta o puede presentar síntomas de las enfermedades con mayor prevalencia en Sonora como diabetes e hipertensión, en algunos casos ambas, lo cual invita a poner más atención a los hábitos que se tienen desde la juventud.
“La diabetes e hipertensión son las enfermedades con mayor prevalencia en Sonora, pueden tener una o las dos y al ser estas enfermedades crónicas, no se quitan, requieren de cambios en el estilo de vida de las personas, tratamiento activo como toma de medicamentos, alimentación y actividad física”, advirtió.
Millanes Campa añadió que es importante trabajar en mejorar las condiciones actuales de este grupo de la población y tratar de cambiarlas para que sea posible tener una vejez digna o como la Organización Mundial de la Salud (OMS) propone un envejecimiento activo en todas sus dimensiones.
El cambio en el estilo de vida, acompañado de la participación en grupos de ayuda mutua, permite que los adultos mayores cambien sus hábitos.
Además, al combinar la actividad con la convivencia alrededor de otras personas mayores, genera un estímulo mental que les ayuda a tener una mejor actitud ante la vida y motivación para mejorar.
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