*Luego de la muerte de su abuela, Judith decidió continuar con la labor de atender a adultos mayores al observar que otras personas requerían de sus cuidados
*Las cualidades principales de una persona que se dedica al cuidado de alguien más son empatía, disponibilidad, paciencia y sobre todo amor
Un ángel que ha llegado a sus familias, es como describen a Judith Vega Castro, quien se desempeña como Cuidadora Geriátrica desde hace 13 años.
Al fallecer su abuela, Judith sintió un gran vacío y, al ver que había otras personas que necesitaban de sus cuidados, decidió continuar con la labor de atender a adultos mayores.
“Después de que falleció mi abuela, una amiga me contactó, ella estuvo muy cerca de mí cuando cuidé a mi abuela, y me dijo, creo que tienes el don del cuidado del adulto mayor, si te interesa tengo a una persona que yo estoy cuidando, pero por cuestiones personales lo tengo que dejar”, relató.
Recordó que aceptó el trabajo y su amiga la presentó con los familiares de la persona y la experiencia de lo que había vivido con su abuela bastó para ser contratada.
Resaltó la importancia de la capacitación para cuidar adultos maores, sin embargo, lo principal que debe tener un cuidador o cuidadora es empatía, disponibilidad, paciencia y sobre todo amor, para hacer que la vida de los abuelos sea más llevadera.
“Nosotros somos sus brazos, sus ojos, su todo en cierta etapa de su vida. La mejor experiencia que tengo es que cada persona con la que he estado al cuidado, todos me dicen eres un ángel, gracias por haber llegado a esta casa, a esta familia, por tus atenciones; el que me digan que soy un ángel, eso me llena de mucho orgullo y amor para seguir al haciendo y dando lo mejor de mí a cada persona”, expuso.
A quienes tienen bajo su cuidado a un adulto mayor, le invita a tratarlos con mucho amor, no desesperarse, tener mucha paciencia, además de abrazarlos y besarlos siempre, consentirlos y hacer lo que pidan en la manera que se posible para su cuidado.
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