En nuestra comunidad existen personas que al hablar hacen pausas, bloquean o repiten algo cuando tratan de comunicarse.
Ellos viven con un trastorno que se llama tartamudez o disfemia y cada 22 de octubre se conmemora el día para que la gente en el mundo conozca más sobre su situación y se tenga mayor conciencia.
El patólogo de habla y lenguaje, Daniel Quiñones explicó que se trata de una disfunción de los centros de lenguaje que producen el habla, una condición neurológica que se diagnóstica entre los dos y cuatro años de edad con base en una muestra de lenguaje.
“Viene como parte de un trastorno genético ambiental, eso significa que traes eso en tu genética y el medio ambiente en algún momento lo dispara. Se escucha a la persona hablar en diferentes situaciones, si es niño en una sesión de juegos, para escucharlo hablar y con base en esas evaluaciones el porcentaje de cosas que diga, en el que se presenten bloqueos, pausas o repeticiones es lo que te da el diagnóstico”, detalló.
Explicó que esta situación tiene dos tipos, la que es congénita o también puede ser adquirida; ésta última, se puede desarrollar por alguna clase de daño cerebral, un golpe a la cabeza, un trauma emocional, un trauma físico, meningitis o cualquier condición que afecte la integridad del cerebro.
El especialista comentó que, según su experiencia, en los adultos y jóvenes se les complica más en momentos específicos como hablar por teléfono, al comunicarse con una persona nueva, participar en una conversación en un grupo pequeño o hablar frente a otras personas en una clase o dar un discurso, cosas que son parte de la vida y en ocasiones la condición puede afectarles.
El especialista subrayó que se puede ser bueno o mejor en la fluidez, a pesar de una condición neurológica como el tartamudeo, con la práctica e intervención terapéutica adecuada.
“Se tiene que asegurar uno que la persona no venga peleada con el tartamudeo, que sea recocido el síntoma y manipulado y manejado cada vez con poco más de neutralidad, para poderle dar agencia a la persona sobre el comportamiento y darle práctica en ciertas condiciones”, puntualizó.
Así mismo, brindar las recomendaciones de cambios que se deben realizar en familia, sobre las reacciones al momento de tartamudear y cómo apoyar a un familiar con este trastorno a procesar los episodios cuando éstos ocurren en un lugar público.
Resaltó la importancia de no estigmatizar a quienes viven con tartamudez y crear ambientes inclusivos. Agregó que esta condición no siempre representa un problema y en muchas ocasiones no hay necesidad terapéutica, dado que, si una persona habla o se comporta diferente, no significa que necesita terapia.
Por último, el patólogo del habla indico que, si el comportamiento -en este caso la disfemia-interrumpe algo que se quiere lograr en la vida o si al niño en edad escolar le ocasiona problemas sociales o de algún otro tipo, se debe buscar a un terapeuta de lenguaje.
Hermosillo, Sonora, México
Tel.: +52 1 662 217 3771
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