*El bajo control de impulsos impide medir consecuencias y al combinarse con agresividad lleva a cometer delitos
*Esas acciones podrían derivarse también del consumo de drogas, algún trastorno mental o un padecimiento neurológico que amerita atención especializada
El bajo control de impulsos no permite medir consecuencias de los actos y al combinarse con agresividad se pueden cometer delitos, explicó el sicólogo y terapeuta, Luis Fernando Carbajal.
Indicó que la falta de autorregulación, que permite reflexionar antes de actuar, es común en los adolescentes, porque están en proceso de maduración y su lóbulo frontal que se encarga del autocontrol, aún no termina de formarse.
Asimismo, indicó, puede ser un rasgo de personalidad en cualquier ser humano que cuando la pérdida de control de impulsos coincide con la agresividad, puede cometer actos antisociales en cualquier contexto.
Carbajal dijo que estas personas pocas veces se dan cuenta de sus reacciones hasta que se los hacen saber, de ahí la necesidad de estar atentos, ya que esas acciones pueden derivarse del consumo de drogas, de algún trastorno mental o un padecimiento neurológico que amerita atención especializada
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