*En abril se recibieron 165 llamadas de emergencia por día
*Diversas situaciones en casa por el distanciamiento social acumulan tensión y fomentan acciones que aumentan la violencia doméstica
Las llamadas de emergencia al 911 por violencia intrafamiliar aumentaron notablemente en el confinamiento y de enero a marzo hubo un incremento promedio del 17 por ciento, lo que colocó a Sonora en el cuarto lugar en el país con más solicitudes de ayuda.
La doctora en Ciencias Sociales e investigadora de El Colegio de Sonora (Colson), María del Rosario Robles Robles, señaló que en febrero se recibieron cuatro mil 106 llamadas, en marzo cuatro mil 781 y en abril cuatro mil 966.
Destacó que en abril la recepción de llamadas aumentó un 50 por ciento y se registraron en promedio 165 diarias por violencia intrafamiliar, a las que se complica dar respuesta debido a que las instituciones atienden las exigencias de la pandemia.
En Sonora, anotó, municipios como Nogales, San Luis Río Colorado, Puerto Peñasco, Etchojoa, Huatabampo, Cananea, Santa Ana e Ímuris han registrado alta incidencia.
La medida “Quédate en casa”, planteó, en realidad representa una carga de trabajo adicional para las mujeres y una fuente de tensión, pues socialmente la mujer es la responsable del trabajo doméstico, del cuidado de menores y personas de la tercera edad.
Destacó que “esas tareas son reforzadas desde la figura presidencial que refrenda los roles estereotipados”.
En México, la mujer realiza el 77 por ciento del trabajo no remunerado del cuidado y los hombres solamente el 23 por ciento, es decir 3.29 veces más y, estas cifras desproporcionadas, se agravan durante la pandemia.
Con los niños y jóvenes en casa, a las mujeres se les ha incrementado notablemente el trabajo, debido a que deben ingeniárselas para que sus hijos continúen su educación, trabajar desde casa y realizar el trabajo doméstico, dijo.
Robles Robles agregó que, en este contexto de pandemia, los problemas económicos empiezan surgir derivado del creciente desempleo, la reducción de jornadas de trabajo o la disminución en los pagos.
Esas situaciones acumulan tensión y fomentan acciones que llevan al incremento de la violencia doméstica que no logra reducirse, planteó.
Destacó la necesidad de reconocer que han sido mujeres las que han estado en la primera línea del frente de batalla ante el Covid-19 y han sido ellas las que han realizado el trabajo de cuidado, el doméstico, la labor de educar y cuidar a los hijos.
Asimismo, buscar y proveer la comida en casa, pues “el ‘quédate en casa’ tiene atrás a una mujer en casa que lo ha hecho posible”.
Añadió que casi el 50 por ciento de la fuerza de trabajo de las mujeres está en condiciones informales y precarias, por lo que al exceso de trabajo invisibilizado en el hogar, se suman sentimientos de impotencia, frustración, temor e incertidumbre.
Planteó que esos sentimientos no están siendo reconocidos socialmente ni en las familias y las mujeres muchas veces los ocultan.
Hermosillo, Sonora, México
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