En estos momentos en que estamos recluidos de manera forzosa en casa para priorizar nuestra salud, el dinero se convierte en un bien muy necesario, por lo que debemos ser prudentes y extremadamente inteligentes en su uso.
Por la naturaleza de lo que nos sucede, existen algunos grupos que están siendo más vulnerables que otros en esta situación.
Por el lado de la salud, tenemos a las familias en general y a los adultos mayores en particular, los cuales se hacen más receptivos a enfermarse precisamente por la edad, con quienes las familias debemos de ser comprensivas y solidarias.
Si estos adultos reciben su pensión, su apoyo económico, deberán tomarse las medidas para que ese dinero sea utilizado única y exclusivamente para los gastos de estos abuelitos, así como no permitir que gasten en los demás, ya que podrían suscitarse necesidades extraordinarias.
Es momento de apoyarlos. Si conocemos personas mayores que necesiten ayuda, si en nuestra capacidad es posible brindársela, hagámoslo; si no es así, comuniquémonos con la autoridad para que intervengan.
La familia en general debe de utilizar los recursos económicos estratégicamente, no realizar compras de pánico si no compras necesarias, pues esta es crisis es de salud, no de alimentos.
Es por ello que es necesario tomar en cuenta lo siguiente:
Comprar lo necesario para una buena alimentación
Evitar compras de comida chatarra
Consumir botanas y panes hechos en casa
Realizar las compras para una quincena para evitar salir del resguardo domiciliario
Medir bien las cantidades de las compras
Controlar comidas entre horas, pues además de ser poco saludable, ocasionará un gasto mayor
El agua y la electricidad deben utilizarse con medida
Por el lado económico y, en mi opinión, el más complicado, tenemos a los micros y pequeños empresarios, los cuales por la emergencia han tenido que minimizar sus actividades económicas al grado de cerrar las puertas de sus negocios.
Estas personas que viven al día, de los ingresos que reciben por su trabajo realmente están siendo muy afectadas por esta situación. Si bien es cierto que se han implementado medidas paliativas para aquellos que están registrados en el SAT, consistentes en el no cobro de impuestos, son aquellos que no están registrados los que realmente la están pasando mal, ya que los programas no los están contemplando.
También existe por decreto, la prórroga en todo tipo de créditos que las personas tanto físicas como morales tengan con instituciones crediticias. Hay que promover que hablen con sus acreedores y hagan uso de este decreto, pues no pueden estar pagando créditos en estos momentos. Sin embargo, son pocas las instituciones que están promocionando esta medida y por eso hay que darla a conocer.
Esta crisis económica no la puede salvar cada quién por su lado, pues la autoridad debe contemplar a todos los afectados, no solo a los que pagan impuestos; no es momento ahorita de lamentarse de que nuestro país base sus actividades en la economía informal, sino de ver cómo estas familias van a sobrevivir.
Para ello los gobiernos tendrán que implementar fondos de emergencia para estas personas, pero como siempre, la sombra de la corrupción aparece y pues la idea es que leguen a las personas que realmente lo necesitan.
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