* En México 1.2 millones de personas presentan esta condición
La tartamudez es una condición que puede revertirse, puesto que no se trata de una discapacidad, señaló la directora y fundadora del Proyecto Ernest, Perla Harriet Ernest Hernández.
El 1.5 por ciento de la población mundial son tartamudos y en México existen un millón 200 mil de personas en esa condición que afecta más a hombres que mujeres.
La tartamudez es una condición multifactorial con origen neurológico y genético que puede revertirse acudiendo con personas especializadas en lenguaje.
Los especialistas deberán trabajar con el paciente de manera emocional, física, mental y espiritual a fin de lograr que su lenguaje fluya con normalidad, planteó Ernest Hernández.
Por lo general, la tartamudez inicia cuando las personas comienzan a hablar, en una edad promedio a partir de los cuatro años.
Por ello, recomendó a los papás no exigirles a sus hijos y dejar que aún con la condición terminen de hablar y transmitan su mensaje.
“Es importante que los papás bajen la guardia, se calmen, porque si no esa angustia y esa ansiedad transmitida en el niño tartamudo, se agrava la tartamudez”, dijo.
Proyect Ernest es una organización privada de la Ciudad de México y se conforma por adultos que crecieron con tartamudez.
Su objetivo mostrar a las personas que lo padecen que es una condición multifactorial que requiere trabajarse por quien tiene el problema, ya que en el 60 por ciento de los casos se obtienen resultados favorables y la persona fluye sus palabras al hablar.
Testimonio
Iván Adrián Morales Díaz comenzó con su problema de habla desde los tres años de edad, sin embargo logró superarlo.
Comentó que hoy en día hay mucha ignorancia en cuanto al tema y que falta todavía información en la población.
Debido a su tartamudez, recordó, en la escuela sus compañeros le ponían apodos y que es muy común las burlas por la repetición de las palabras al iniciar una conversación.
Dijo que al inicio sus papás creían que era un problema de nervios pero al acudir con diferentes especialistas detectaron que una de las partes de su cerebro trabajaba menos, lo que influía en que su lenguaje fuera lento y repetitivo.
Morales Díaz comentó que fue difícil encontrar pareja cuando llegó a la edad adulto, dado que las mujeres no querían una relación por su manera de hablar.
A sus 40 años de edad, Iván asegura que sí se puede dejar de ser tartamudo y recomienda a los papás llevar a sus hijos con especialistas y apoyar a los menores.
Añadió que aún con la condición una persona tartamuda puede lograr todo lo que se proponga.
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