La fotógrafa Ana Encinas decidió iniciar el proyecto Boudoir by Ana hace cuatro años, para hacer imágenes sensuales y elegantes que revelan la belleza de la mujer.
La palabra boudoir proviene del francés y significa tocador, que antiguamente era la habitación donde las damas se arreglaban y se empolvaban.
Ahora este concepto se utiliza para llamar así a la fotografía de imágenes sensuales y elegantes que revelan la belleza de la mujer, señaló la profesional de la lente.
Describió que se trata de una sesión de fotos donde las mujeres posan en ropa interior o lencería y señaló que las imágenes no son fuertes sexualmente, si no que se trata de poses que muestran la feminidad.
“No es una fotografía fuerte, es una fotografía linda, coqueta, pero no es fuerte; entonces no es difícil porque no hay nada intenso. La mujer la acepta muy bien”, señaló.
Al inicio, recordó, este tipo de sesiones eran solicitadas por novias que estaban próximas a casarse, pero después, las empezaron a pedir mujeres en general que deseaban tener esta clase de fotografías como un regalo a sí mismas.
Ana Encinas recomienda a las mujeres realizarse un boudoir, pues se gana autoestima, aceptación y mejora la forma en que ellas se ven.
Aseguró que se trata de una sesión fotográfica cómoda, pues es en su estudio y solo están la clienta y ella.
“Recibo muchos mensajes después de las sesiones donde me dicen que se van contentas, que se sienten diferentes y en algunas ocasiones me escriben mensajes diciendo ´ahora me quiero más y esos son los que me hacen sentir mejor”, señaló.
Estas sesiones tienen un costo de alrededor de tres mil 500 pesos y el paquete incluye 15 fotografías.
“Las invito a tomarse estas fotos una vez en la vida. Es una aventura desde que comienzan a buscar cómo van a vestirse para la sesión y el secreto para hacerlo es decidirse ya, sin esperar para ir al gimnasio o ´estar en mejor forma”, concluyó.
Una clienta de la fotógrafa Ana Encinas en este tipo de sesiones fotográficas fue Marisela -nombre ficticio, pues ella prefirió ocultar su identidad- quien decidió hacerse una sesión de boudoir para celebrar sus 30 años de vida.
Al inicio, Marisela comenzó a buscar opciones de sesiones fotográficas de cumpleaños pero nada le convenció más que tener sus propias imágenes en lencería.
“Decidí hacerlo totalmente para mí, porque pensé: estoy como quien dice en la mitad de mi vida, no voy a verme nunca más igual como me veo y como me siento ahora. Me siento bien por dentro, bien por fuera, me siento sexy y sensual”, señaló.
Durante la sesión, comentó, se sintió cómoda, pues era un lugar en donde solo estaban ella y la fotógrafa, quien le aconsejaba sobre las poses que podía hacer para este tipo de fotos.
“Si eleva tu autoestima, a todas mis amigas les digo que es una experiencia muy bonita y que tienen que hacerse esta sesión alguna vez”, concluyó.
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