Microempresarios señalan que son fuerte competencia para sus negocios.
La llegada de cadenas comerciales y las llamadas tiendas de conveniencia a las colonias populares en diversas zonas de Hermosillo, ocasiona el cierre de las tradicionales tiendas de abarrotes.
Ese es el caso de la colonia Bugambilias, donde al menos tres abarrotes que operaban en la zona han cerrado en los últimos dos años, a consecuencia de la apertura de comercios propiedad de cadenas comerciales en esa parte de la capital de Sonora.
Los propietarios de un “tanichi”, como también de les conoce a las microempresas familiares de este tipo, Angelita y Reynaldo, decidieron, hace más de 30 años, emprender su propio negocio: un abarrotes.
Con las ganancias que le daba la “tiendita” que instalaron en su propia casa, lograron sacar adelante a sus dos hijos, pero con el paso del tiempo y la apertura de otros negocios, las ventas fueron cayendo.
La primera tienda que apareció en “Las Bugambilias” fue la de Reynaldo. Su esposa, Elodia Noriega, recordó que al inicio del negocio la ganancia era muy buena, pero no pudieron mantenerse con los mismos números.
La misma suerte corrió el abarrotes, que por 25 años atendió Ana Leyva, para surtir de alimentos y artículos de primera necesidad de las amas de casa de las cercanías, así como de “chuchulucos” a los pequeños de la colonia.
Con sentimiento, recuerda el significado que tenía para ella, “nos dio de comer, nos íbamos de vacaciones, comprábamos carros nuevos, pero las ventas bajaron cuando aparecieron los Oxxos; la colonia se inundó de Oxxos y remató el Abarrey”.
Los tres dueños de los abarrotes de la colonia Bugambilias coincidieron en las afectaciones que ocasionó para sus negocios la llegada de diversas cadenas comerciales a esta zona de la ciudad, pues representaron una fuerte competencia para sus pequeños comercios.
Ahora, los establecimientos lucen abandonados, cerrados, a diferencia de años atrás, cuando esos lugares eran también el punto de encuentro de vecinos, pues les servía para ponerse al tanto de lo que sucedía en su colonia.
El cronista de la ciudad de Hermosillo, Ignacio Lagarda Lagarda, coincidió con quienes fueran dueños de abarrotes, al señalar que las distintas cadenas comerciales han acabado con las micro empresas que había en los barrios de la ciudad.
Subrayó que los nuevos comercios, que también son fuente de ingresos y empleos, han deshumanizado la relación comprador-vendedor, porque “los tienderos” eran psicólogos para sus clientes, sabían lo que pasaba en la colonia y se volvían amigos.
Ahora, abundó, en las grandes cadenas comerciales, que en algunos casos son regionales, nacionales y hasta internacionales, no se sabe a quién se le compra ni a quién se le vende.
Hermosillo, Sonora, México
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