La valoración visual en niños y niñas menores de cuatro años es muy importante ya que los padres no tienen la habilidad ni los conocimientos para detectar los signos que indiquen un problema en el sistema visual del menor.
Para garantizar un correcto desarrollo visual en los menores es de suma importancia detectar cualquier anomalía visual, un diagnóstico a temprana edad posibilita un tratamiento mucho más efectivo y por lo tanto un mejor pronóstico.
La valoración rutinaria en pacientes menores de cuatro años difiere de una valoración rutinaria de pacientes mayores, ya que en la segunda se busca anomalías o errores refractivos en un sistema visual maduro ya establecido y con colaboración del paciente, por otro lado la valoración pediátrica se busca anomalías visuales que impidan un asentamiento y maduración del sistema visual.
En este caso hablaremos sobre la valoración en pacientes de cero a cuatro años y para el propósito tendremos que dividir a las y los pacientes por edades para poder explicarlo.
De 0-6 meses de nacidos (Periodo crítico). El objetivo principal -visualmente hablando- es detectar opacidades que pudieran evitar la estimulación retiniana, ya que por medio de la estimulación se asientan las bases de la visión. Hay que tomar en cuenta otros factores, si fue prematuro, estuvo en incubadora, complicaciones durante el parto, etc. Todo encaminado a investigar si hubo o hay algún riesgo que afecte la transparencia del ojo o la estimulación y maduración de la retina.
De 6 a 12 meses (Periodo crítico). Se valora que los ojos sigan transparentes y la reacción de los reflejos pupilares, en caso de los prematuros que estuvieron en incubadora que no haya crecimiento anormal de los vasos de la retina, a esta edad ya debe haber un mejor manejo de los movimientos oculares, se deben descartar estrabismos.
Las pruebas más usadas son: pantalleo, Hirschberg, Krimsky o Bruckner; si se sospecha de un problema refractivo alto hacer refracción ciclopéjica, si la graduación no es mayor de tres dioptrías o la diferencia entre ambos ojos no es mayor a tres dioptrías, no se adapta lentes y se deja el desarrollo natural del ojo.
Hasta este punto se considera periodo crítico donde el paciente asienta las bases para una buena visión binocular, en otras palabras el cerebro del bebé sabe que tiene dos ojos para auto dirigirse y explorara el mundo, si llegara a ver una anomalía en uno o en los dos ojos el cerebro no aprenderá a usar los ojos de manera simultánea, desembocando en ambliopía, estrabismo, fijación excéntrica, etc. dependiendo de la anomalía visual y el desarrollo que tome.
De 13 a 24 meses termina el periodo crítico e inicia el periodo de desarrollo y aprendizaje visual, en esta etapa el profesional de la visión da continuidad a los resultados obtenidos y si es la primer consulta se valoran los movimientos oculares, que sean coordinados y no haya desviación de ningún ojo. Se toma agudeza visual solo para cerciorarse que ambos ojos estén en igualdad de condiciones refractivas y si hay alguna diferencia que no afecte el desarrollo de la visión binocular.
De 2 a 3 años se da seguimiento al desarrollo y sigue tomando la agudeza visual de forma más certera con cartillas adecuadas a niños, se valora la motilidad y la refracción de preferencia de Mohindra y de ser necesario con ciclopéjico. Si la graduación no es mayor de dos dioptrías o la diferencia entre ambos ojos no es mayor a dos dioptrías, no se adapta lentes y se deja el desarrollo natural del ojo.
De 3 a 4 años algunos niños ya pueden usar cartilla de Snell o usar cartilla de iletrados (de dibujos o letras E) a consideración del profesional, ya se puede hacer retinoscopía normal si copera el niño o Mohindra, se sigue valorando el desarrollo de la visión binocular, se toma medida del punto próximo de convergencia y la estereopsis, así como los movimientos oculares. En este punto ya es a consideración del profesional adaptar o no la graduación al niño dependiendo de las necesidades visuales del paciente y la graduación que llegara a tener.
En todas las revisiones el profesional de la visión debe revisar los anexos del ojo como son los parpados, cejas, pestañas y conductos lagrimales.
Es importante hacer una revisión a los seis y 12 meses, así como a los dos y a los cuatro años de edad o antes si se cree que pudiera haber un problema visual.
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