12-Abr-2025

Amor Maligno | Enamorase de un psicópata

Christian Esparza/ Psicólogo Clínico  
26-02-2019 08:55  
11 minutos de lectura  

 

Christian Esparza/ Psicólogo Clínico

 

Enamorarse de una persona con rasgos o personalidad antisocial es lamentablemente más común de lo que se pueda imaginar. Existe desde una perspectiva psicológica un interés natural por las personas que denotan valentía, fuerza y seguridad, aunque la realidad es que esto en muchos casos suele ser solo un espejismo.

Empecemos por entender el concepto antisocial, lejos de lo que muchos piensan, no es aquella persona que no le gusta relacionarse con los demás -aunque es entendible la confusión por el prefijo anti-, son más bien aquellas personas que no tienen interés en seguir las reglas, mienten y manipulan con facilidad, son impulsivos con inclinación a la agresividad física y/o verbal, incapaces de comprometerse social e interpersonalmente, les distingue una falta de empatía y la incapacidad de reconocer las necesidades de los demás.

Con todas estas características, uno pensaría que una persona con dos dedos de frente no podría enamorarse de alguien así. La realidad es que este tipo de personas se muestran encantadoras desde el primer contacto, te hacen pensar que son ellos quienes te rescataran y sanaran todas tus heridas, se muestran protectores, proveedores y altamente seductores. 

Por lo general se les ve como personas de éxito, con espíritu aventurero y seguros de sí mismos.

Ahora podemos comprender la atracción natural hacia este tipo de personalidad. Además, hay que sumarle, el efecto halo que producen las películas, series, documentales de los asesinos seriales, narcotraficantes, estafadores, adictos al peligro, entre otros,  que los hacen ver como atractivos y en algunos casos los protagonistas, terminan siendo símbolos sexuales. Todo esto minimiza el verdadero daño que representa estar vinculado a un amor antisocial.

Existen tres esquemas que psicópata afectivo maneja con sus víctimas: cosificación afectiva, desprecio o maltrato e irresponsabilidad interpersonal. 

Analicemos cada una de ellas:
I. Cosificación Afectiva. “Tu dolor no me duele, tu alegría no me alegra”
La antítesis del amor quizás no sea el odio como muchos piensan, es más bien la indiferencia. Esta mata cualquier esperanza, elimina cualquier ilusión. Es justo lo que psicópata afectivo hace con sus víctimas, les hace sentir peor que un mueble, les utilizan para obtener beneficios, cuestiona y ridiculiza cualquier opinión de sus parejas, la única opinión válida para ellos es la propia.

Las razones que los han llevado a pensar y actuar de esta manera, en muchos casos está relacionada a experiencias y traumas ligados a la infancia o adolescencia, que les ha hecho pensar de una manera distorsionada que son personas que no pueden contar con nadie y que tienen que valerse por sí mismos, ven el mundo como una selva a la que hay que sobrevivir, donde impera la ley del más  fuerte. Esta visión tan distorsionada se convierte en su modo de vida, así que las personas, incluyendo su pareja, son solo un medio para conseguir o que necesitan.

II. Desprecio o maltrato. “Si ya sabes lo que me molesta, ¿para qué me haces enojar?”
Este tipo de personas son incapaces de reconocer sus errores, aunque no les gusta sentirse menos que otros, constantemente se victimizan ante sus parejas, haciéndote creer en muchos casos que eres tú el responsable de sus reacciones o mala fortuna. En realidad, esto es solo una estrategia para mantenerte vinculado a él o ella. Por lo general estas personas presentan una capacidad intelectual alta, suelen ser muy fluidos en su léxico o labiosos como coloquialmente se les conoce, capacidad de retención alta, buena memoria y habilidosos. Pero todo esto contrasta con su baja inteligencia emocional, que suelen poner en manifiesto con su baja tolerancia a la frustración y la necesidad imperiosa por tener todo bajo su control o dominio.

En otras palabras, aparece la violencia en la relación en cualquiera de sus fases, visibles y no visibles. Quizás la más  marcada en la mayoría de los casos es la económica, que van desde el control de los ingresos y/o cuestionamientos de gastos de manera inquisitiva. 

Los psicópatas afectivos tienen la errada idea de que deben de competir económicamente con su pareja, y se sienten tranquilos al sentirse dominantes en esta área. En el peor de los escenarios se llega a la violencia física y un nivel patológico asesinatos.

III. Irresponsabilidad interpersonal. “No tengo porque darte ninguna explicación de lo que hago”
No existe ningún sentimiento de culpa por alguno de sus actos, o empatía por terceras personas. La idea del compromiso no existe en su vocabulario ni en sus acciones. Son verdaderamente incapaces de ponerse en el lugar de las otras personas, entender las necesidades afectivas de sus parejas. El psicópata afectivo desde un punto de vista ético en sencillamente un idiota moral, es decir, personas incapaces de reconocer los derechos de los demás.

Las consecuencias relacionadas al vínculo de este estilo afectivo son las siguientes:
a) Sentimiento de pérdida de derechos fundamentales. Posiblemente sientas que no tienes la libertad de elegir con quien salir, hablar o vincularte, esto debido a que tiene que ser consensuado por tu pareja. Inclusive puede que sientas cierto rechazo a emitir opiniones propias por miedo a ser juzgado o juzgada por tu pareja.
b) Perdida de la identidad/despersonalización. Existe la sensación de estar jugando un papel que no te corresponde, dando gusto a los deseos y necesidades de la pareja, aun cuando estos estén encima de tus valores o principios.
c) Desamparo aprendido. Se presentan síntomas claros de depresión, tales como el desinterés general, un estado aplanado emocional (sin la noción clara de alguna emoción), falta de energía, aislamiento, entre otros. Estos suelen magnificarse cuando existen conflicto con la pareja y desaparecer cuando se está “bien” en la relación.
d) Incapacidad para tomar decisiones. La autoestima es lo primero que se daña al estar vinculado a este tipo de personas, por ende, la autoeficacia se ve dañada, y ahora es imprescindible tener una segunda opinión. Lo que está detrás de esta inseguridad son los ataques constantes de la pareja, con comentarios sutiles aparentemente inofensivos como: ¿eso te vas a poner?, yo sé lo que es bueno para ti, tú no sabes hacer bien las cosas, yo soy quien toma las decisiones, ¿estás seguro(a) de esto? y otras frases similares seguramente vendrán a tu mente en este momento.
e) Ambivalencia emocional. Es como dormir con el enemigo, hay momentos donde la esperanza hace de las suyas y puede avivar el deseo y la confianza en la pareja, pero no suele durar mucho. Lo que mayormente se manifiesta en este tipo de relaciones es el miedo, que el psicópata confunde con el respeto.
f) Codependencia afectiva. Necesidad imperiosa por agradar y ser útil a la pareja. A pesar de las múltiples experiencias negativas que esto conlleva. Es la anularse para que la otra persona brille, y dar sin recibir nada a cambio. Existe la esperanza inútil de que algún día este tipo de personas valoren todo el sacrificio que se hace en nombre del “amor”. Que normalmente suelen contestar de manera cínica ante tales sacrificios “Si yo no te he pedido que hagas nada, lo hiciste porque tu quisiste”
g) Cosificación sexual. Para psicópata afectivo no existe moralidad sexual y constantemente te instigará y “convencerá” a tener prácticas sexuales poco usuales, tales como la participación de tríos sexuales, orgías, sexo anal o posiciones y prácticas que te harán sentir humillada y utilizada. Te venderá la idea es para mejorar la relación, suelen tener un deseo sexual muy alto y exigencias bastante altas para satisfacerse. Sus deseos estarán antes que los tuyos, por lo tanto, anulará tu postura y no aceptará un no como respuesta. En un principio va a mostrarse aparentemente comprensivo, pero después de un tiempo va a mostrarse molesto ante tu negativa.

Si te queda la duda de si es posible humanizar a estas personas, la respuesta es definitivamente no. Los psicópatas no aman utilizan. Están dañados moralmente y solamente su propia conciencia de enfermedad y el apoyo necesario podrá ayudarles a sobrellevar su condición, pero son ellos quienes deben darse cuenta, no son tus sacrificios, esperanzas o deseos lo que lo harán cambiar.

Si te sientes familiarizada(o) con alguna de estas consecuencias es momento alejarse y pedir ayuda. No es un camino fácil, ya que hay que recoger pieza por pieza los pedazos rotos de tu dignidad y reconstruirla. Es un proceso que humanamente se puede conseguir. No estás sola(o) en esto, como lo decía al principio del escrito, lamentablemente es más común de lo que podemos imaginar.

Lic. Christian Esparza Psicólogo Clínico Ced. Prof. 5297328
Datos de contacto
Psicología Clínica Integral “Asesoría y Apoyo Psicológico” Ave. Serdan, No. 82, int. 9. Col. Centro. CP 85400. Guaymas, Sonora. MX
Tel. (622) 222 0934 | Whatsapp Negocio 622 170 3814 psic.christianesparza@gmail.com
 


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